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Los vecinos baldearon el charco de sangre que quedó en la acera.RENE FRAGA

¡Por su amado hasta la muerte! Falleció por defender a su esposo

Hubo una riña entre dos grupos en Solanda, sur de Quito. La víctima defendió a su pareja y recibió un corte en la yugular.

En la acera de las calles José María Alemán y Juan Barreto, sector conocido como La J, el pasado sábado 10 de diciembre, todavía se limpiaba la sangre de Santa Alexandra Barre Santana. Ella murió en los brazos de su esposo, por quien dio la vida.

Según Freddy Borja, jefe de Operaciones del Distrito Eloy Alfaro, el crimen ocurrió a eso de las 03:00, cuando la mujer, de 49 años, salió con su pareja a comprar más licor, pues tenían una reunión en su casa.

En la calle se encontraron con David Alejandro Mesías Argüello, conocido como La Paca, quien salió de la peluquería en la que laboraba en compañía de otras personas. En ese momento, empezó la bronca, pues ya tenían problemas previos, según el oficial.

Alexandra, al ver que su marido estaba en peligro, salió en su defensa y recibió una cortada en la yugular con el pico de una botella. Ella caminó con la herida abierta por varios metros hasta desplomarse en la vereda (ver infografía).

“Cuando llegaron los paramédicos la señora ya había fallecido”, explicó Borja. Enseguida se inició el operativo para hallar a La Paca, de 39 años, sospechoso del crimen.

Según Borja, Mesías fue aprehendido en la casa de un amigo. “Se allanaron dos viviendas, en la una se había cambiado de ropa y en la otra se refugió. Ninguna era del detenido”, precisó el policía.

Relato de los hechosgranasa

UN SECRETO A VOCES

La Paca no tiene antecedentes penales, pero los vecinos del sector dijeron que la peluquería en la que trabajaba es presuntamente un punto de expendio de droga, hecho que las autoridades no corroboraron, pero que está en investigación.

“Esta persona (el detenido) es agresiva. En ese local siempre hay peleas. Se vive con miedo”, dijo una residente.

Otro de los vecinos contó que hace unas semanas, La Paca tuvo otra pelea con los dueños de un local de comidas. “Es mejor no meterse en esos problemas por seguridad”, comentó el hombre.

En lo que todos coinciden es que la tradicional J se ha convertido en “tierra de nadie”. Por eso los comerciantes han optado por abrir más tarde y cerrar más temprano sus negocios, por el miedo a ser asaltados o para no terminar “mal parqueados” en una riña por territorio de droga, que es lo que se presume sucedió la madrugada de ayer.