Gutenberg Vernaza (52 años) estaba en su casa oyendo la radio. Esta era una de sus distracciones, luego de que en 2019 perdiera la visión como consecuencia de la diabetes que padecía.

Su momento de relax fue interrumpido por un grupo de cinco sujetos, fuertemente armados, quienes llegaron en motos hasta su vivienda, localizada en el barrio San Martín de Porres Bajos, también conocido como El Quilombo, en el norte de Esmeraldas.

Entraron y le ‘cayeron’ a plomo, luego fueron a buscar a su hijo Nando Vernaza (20), quien estaba en una habitación contigua a la sala, donde estaba su progenitor.

Dos disparos letales en el tórax y la cabeza acabaron con la vida de Gutenberg, la noche del pasado lunes 10 de abril.

Supuestamente, los antisociales iban por Nando, según una fuente de la Policía Nacional.

Según familiares, el hombre con discapacidad trató de aferrarse a la vida. Aún respiraba cuando fue trasladado al Centro de Salud Tipo C de Las Palmas, pero cuando llegaron pereció.

“El ciego era una buena persona, no merecía morir así. Tenía muchas ganas de seguir viviendo, pese a su enfermedad”, aseguró una moradora del sector donde ocurrió el asesinato.

La viuda, doña Margarita (nombre protegido), aseguró que tras lo sucedido no guarda rencor contra los asesinos de sus parientes, pese a que espera que se haga justicia y los responsables paguen por el crimen cometido.

Sin embargo, dice que en su corazón no cabe espacio para la venganza, sino para el perdón.

“Los perdono, no sé Dios porque Él perdona cuando hay un arrepentimiento de corazón. Los perdono, pese a que nos han provocado un profundo dolor”, aseguró la mujer, quien acudió la mañana de este martes 11 de abril al Centro de Salud Las Palmas para retirar un documento que le permita sacar los cuerpos del Centro de Medicina Forense y sepultar a sus familiares.