Una crisis emocional habría llevado a una madre, de 32 años, a atentar contra la vida de sus hijos, de 10 y 13 años, y pretendía abandonar a su bebé de siete meses, en el interior de un hostal de las cercanías del este de Cuenca.

La actitud de la mujer se habría dado por la ruptura de la relación con el padre de los chicos. Supuestamente esto le provocó un trastorno temporal.

“Les había hecho ingerir a los dos chicos varios somníferos, con la intención de luego quitarse la vida. Al final reaccionó ante el sufrimiento de las víctimas, quienes presentaron convulsiones”, indicó José Ortiz, jefe provincial de Azuay de la Unidad Nacional de Investigación de Niños, Niñas y Adolescentes (Unipen).

La mujer, tras arrepentirse de lo que hizo, pidió auxilio a través del ECU-911, refirió Ortiz. Los socorristas llegaron a tiempo y salvaron sus vidas.

Los niños se recuperan en un hospital cuencano. La madre, luego de la audiencia de formulación de cargos, quedó bajo el control de los psicólogos de la Fiscalía para que reciba atención. El juez de la Niñez y Adolescencia dictó prohibición de acercamiento hacia los menores, quienes quedaron bajo la tutela de la abuela materna.

Siempre con sus chicos

“Se la veía tranquila y amorosa con sus hijos. Sonrió con ellos cuando cancelaba el valor del hospedaje (15 dólares)”, contó el empleado del hostal donde se hospedó.

“No imaginé que a la hora y media del ingreso el sonido de la sirena de una ambulancia nos llevaría a constatar algo doloroso e incomprensible: que una mamá estuvo a punto de matar a sus retoños”, señaló el hombre del lugar de alojamiento, quien no quiso revelar su identidad.

En el barrio donde habitaba la señora, en una parroquia rural cuencana, los vecinos muy poco quisieron referirse sobre el tema. “En los últimos días se la veía algo triste, muy poco salía de casa y si lo hacía era para realizar algunas compras. Siempre iba con sus hijos”, reveló un vecino, quien no la juzga y desea la pronta recuperación de la señora y sus hijos. 

Estudio profundo para evitar recaída

El psicólogo clínico Antonio Altamirano analizó el caso y desde su experiencia dijo que el colapso emocional es un estado temporal de agitación, trastorno o desorganización. “Nos vemos desbordados a la hora de afrontar una situación o problema”, precisó.

Agregó que debe estudiarse profundamente al paciente para evitar una posible recaída.