Los casos de dos bebés que fueron asesinadas se hicieron eco en la opinión pública por la crudeza con la que se cometieron los crímenes. Y uno de los factores que estremecieron al país entero fue que los implicados eran los padres de las víctimas.

El primero fue el más difundido: una bebé de 7 meses fue baleada por dos sicarios en el barrio La Flores, de Ibarra, en Imbabura. Uno de los motivos habría sido que el padre, Luis Andrés López Torres (miembro policial), no quería pasar la pensión alimenticia, según las investigaciones. Para ello -y supuestamente en complicidad con su esposa (no la madre de la niña)- se gestó este hecho.

Mientras que el segundo se registró en la provincia de Bolívar, en el pueblo de Guanujo, Guaranda. Allí, cerca de un río, fue encontrado el cuerpo sin vida de una bebé de tres meses, a quien un golpe en su cabeza la mató. Asimismo, el sospechoso sería su progenitor.

Lo más revelador en este último caso es que, al igual que en la muerte de Ibarra, el móvil sería que el sospechoso, identificado como René Chacha, se enteró de que la madre de su hija le interpuso una demanda por alimentos, según Stalin Armijos, mayor de Policía de la provincia.

Actitud psicopática

Tras conocer ambos casos, dos especialistas consultados por EXTRA analizaron la actitud de cada uno de los implicados. Alexandra Mantilla, perito y perfiladora criminal, conoció sobre el asesinato de la menor ibarreña y, sin dudarlo, explicó que el sospechoso tiene un comportamiento psicópata.

“Además, tiene rasgos extremadamente narcisistas porque, al parecer, quería constatar cómo mataban a su hija”. La profesional llegó a esa conclusión luego de enterarse de que López estuvo a bordo de un taxi viajando al lugar en el que sería asesinada la infante.

Aunque también, según Mantilla, se tiene que analizar la actitud de la esposa del gendarme detenido. “Ella también le amenazaba a la señora (madre de la niña), le mandaba mensajes. Eso da cuenta que ambos tienen un comportamiento criminal similar”, agregó. Para ella, es muy poco común que una pareja esté tan conectada en ese sentido como para llevar a cabo “semejante locura”, dedujo.

Un acto impulsivo

En cuanto al caso de la bebé victimada de Bolívar, el encargado de analizar el hecho fue Fernando Tinajero, psicólogo clínico y forense, quien explicó que en este suceso no hubo planificación, a diferencia de lo acontecido en Ibarra.

Según el mayor Armijos, Chacha estuvo en la casa de la madre de la niña y, tras discutir, se llevó a la infante, no sin antes golpear y herir con un arma blanca a la progenitora. Esta actitud, a decir de Tinajero, demuestra que se trató de un acto impulsivo.

“Cuando ocurren estos casos, es evidente que una persona que actúa de ese modo es incapaz de controlar sus impulsos”.

Para Tinajero, es importante estudiar, no solo el comportamiento de estos sujetos, sino también el contexto en el que se dieron ambos crímenes. Según el especialista, si bien no hay estudios que lo respalden, pero es probable que los femicidios y este tipo de asesinatos se estén dando con mayor frecuencia desde que se implementaron las medidas que velan por el bienestar infantil. Es decir, las pensiones alimenticias.

El especialista dijo que muy probablemente los hombres que se exponen a ese tipo de demandas se ven amenazados al punto de actuar de ese modo tan deplorable.