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Crónica roja
China Catalina: usó la calle para delinquir y luego para predicar el evangelio
A los 10 años probó la marihuana, a los 12 ya 'choreaba'. De joven pasó full tiempo en 'cana'. Sobrevivió a dos ataques, los cuales la acercaron más a Dios. El 16 de febrero fue asesinada en el Callejón de la Muerte, Guasmo
La calle fue lo suyo; primero la usó para delinquir, luego para predicar el evangelio y, el 16 de febrero, fue el escenario del crimen de Catalina Lencina, más conocida como la China Catalina, de 50 años.
Murió baleada mientras jugaba bingo en su barrio, cuyo nombre fue su presagio: el Callejón de la Muerte, ubicado en el bloque 4 de la cooperativa Unión de Bananeros, en el Guasmo, sur de Guayaquil. Sector en el que creció y desarrolló habilidades para el ‘choreo’. A los 10 años probó por primera vez marihuana y de allí se fue de largo; a la edad de 12 ya asaltaba a los buses, sola o con su banda.
El supuesto rapto de su primogénito, en una maternidad porteña, hizo que se endureciera y la vida le importara ‘tres atados’. “Quería matar a todo el mundo, me declaré loca y me lancé a las calles”, reveló a EXTRA en una entrevista realizada el 9 de abril de 2022.
De adolescente fue internada en un convento, también fue encadenada, pero nada logró frenarla. A los 16 fue a ‘cana’ por primera vez. Parte de su estrategia para despistar a las autoridades era pintarse el cabello, un día era rubia, al otro pelirroja.
En la entrevista con este Diario confesó que pasó 8 años en prisión. “Me han cogido por narcotráfico; he apuñalado; les he cortado el rostro a mujeres”, dijo.
Se libró de la ‘pelona’ dos veces
A los 26 atracó con una banda y el cabecilla estaba ‘engrupidote’ con ella. El tipo quiso ‘a las bravas’ estar la guayaquileña, pero la China lo ‘batració’ e insultó, por lo que -según ella- le pegó 18 tiros y estuvo 10 meses en coma.
“Por la misericordia de Cristo estoy viva. Sé que Él me ama y escoge a los que no valemos nada”, manifestó en abril de 2022.
A los 28 años recibió siete puñaladas del padre de sus hijos (segundo compromiso). “Me acuchilló y dejó botada en una zanja, a 20 cuadras del Callejón de la Muerte”, contó. Ambas experiencias con la ‘huesuda’ hicieron que ella tenga un poco más conciencia de Dios en su vida y con esa voz ronca y personalidad fuerte, saliera a compartir con otros perdidos, el evangelio de Cristo. Iba a la Playita del Guasmo, al Guasmo Central, entre otras zonas donde le quisieron ‘dar vire’.
Se congregaba en iglesias, pero también se apartaba de ellas, confesó. Por eso ‘camellaba’ sola, con el Señor.
Clamaba por un trabajo que no llegó
Las últimas conversaciones que tuvo con nuestro equipo, Catalina confesó que se acostaba con hambre, que eso le causaba dolor estomacal. “A todo el mundo le pedí que me ayude para trabajar. Los amigos quieren ayudar, pero con drogas”, haciendo referencia que sus excolegas le sugerían ‘volver al ruedo’, pero ella se resistía, aunque la ‘leona’ le rugiera.
Quería ‘camellar’ lavando carros, vendiendo ropa usada o chuzos, pero no contaba con el presupuesto. Los lectores de EXTRA la apoyaron donándole alimentos, una cama, sillas de comedor, ropa y zapatos. Algo que le causó alegría a Catalina, quien quiso rehacer su vida, la cual terminó el 16 de febrero, en el barrio que residía.