Desde niña, Vanessa Claudio supo que su natal Puerto Rico era muy pequeño para realizar sus sueños y por eso se radicó en México. Ser la conductora de El Poder del Amor ha subido sus bonos a nivel internacional, al punto de que Ecuavisa la quiere para el matinal En Contacto.

Vanessa, de 38 años, es una modelo, actriz, y presentadora reconocida en la televisión de México y Miami. Llegó a Guayaquil para participar en La última gala, evento que reunió a varios concursantes del programa turco. En conversación con EXTRA, admite que está analizando la propuesta del canal del cerro y confiesa que haber estado en el reality ha sido lo más difícil que ha vivido.

¿Por qué no volverá a la segunda temporada de El poder del amor?

Se trata de respeto, porque ser mujer en un país donde la mujer no tiene mucha voz ha sido de las cosas más difíciles que he vivido. Si volviera en otra temporada, las condiciones serían muy diferentes.

Otros participantes también han hablado de condiciones...

No me gusta hablar de la mano que me da de comer, porque estoy agradecida por la oportunidad y la confianza, pero tampoco se puede tapar el sol con un dedo. Fue difícil por la forma de ser, de tratar allá. Los latinos somos más cálidos, más atentos y ellos no. Que se pida un vaso de agua les parecía absurdo.

¿Estar en Turquía la cambió?

En México y en Estados Unidos tenía una carrera muy estable. El programa Suelta la sopa en el que estaba se veía en Latinoamérica, pero no con el furor de EPDA. Mi carrera, mi nombre se extendió y eso no tengo cómo pagarlo, pero también se necesita tranquilidad, que vale más que el sueldo y fama.

¿Qué la hizo dejar Puerto Rico y radicarse en México?

Mis sueños. Me preparé con la mira en México que es como el Hollywood latino. Ya había hecho televisión, pero cuando surgió la oportunidad de ir a México lo hice primero como modelo, luego fui reportera. Empecé picando mucha piedra, tuve que pagar mi derecho a piso, aguantar malas pagas.

¿Vuelve a México?

Mientras estaba en Turquía me llamaron de México con una muy buena oferta y eso me da seguridad para tomar decisiones. En Turquía me pasaba 12 horas en un cuarto de cuatro paredes, no me dejaban salir porque se estaba grabando y no querían que hablara con nadie. Sicológicamente es muy difícil.

¿Acá ha tenido alguna propuesta?

Sí, en Ecuavisa, para En Contacto, pero no sé, tengo que pensar muchas cosas. Ellos quieren que sea ya la propuesta y como tengo también lo de México, debo analizarlo. Tengo que orar y Dios me dirá dónde debo estar.

¿En el amor cómo le va?

En el amor no he sido tan afortunada. Mi problema es que agarro maletas y me voy cuando tengo que hacerlo. Sé que tengo una edad en la que debo casarme y tener hijos, pero no es algo que me quite el sueño. Si Dios me da la oportunidad de ser madre, amén. Mi primer amor y mi pasión son mi carrera y mi perro.

¿Su perro Luka lo trajo a Guayaquil?

Lo dejé con mi mamá, pero estoy sufriendo porque somos muy apegados. Luka ha sido una bendición en mi vida, lo tengo desde los 2 meses y ya tiene 4 años. Ha ido conmigo para todos lados y ya le dije a Don Day que si volvemos a hacer otra gala lo traigo conmigo.