Después de casi cinco meses de lucha ininterrumpida por su salud, Camila Nogales, hija de la reconocida presentadora ecuatoriana Úrsula Strenge, fue finalmente dada de alta médica el pasado 17 de abril. La joven, de 23 años, permanecía internada en una casa de salud en Quito, donde fue tratada por una trombosis venosa cerebral, una afección poco común pero potencialmente grave que afecta el sistema venoso del cerebro.

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Por ahora, su entorno más íntimo se mantiene discreto y enfocado en su bienestar, por eso, no han dado declaraciones del tema a la prensa rosa o medios de comunición. Incluso Úrsula siempre se ha manejado así en todo este tiempo. Ella en sus redes sociales, manifiesta las novedades sobre la salud de su hija, por lo que se espera una publicación sobre esta buena noticia. 

La fe y las oraciones 

“Las oraciones dieron frutos”, comentan personas allegadas a la familia, quienes destacan que durante todo este tiempo se realizaron cadenas de oración y novenas por la recuperación de la joven. La fe inquebrantable de su madre, sus hermanas y sus seres queridos ha sido un pilar fundamental durante este proceso complejo. De hecho, la misma Úrsula Strenge compartió, semanas atrás, emotivos mensajes en redes sociales, en los que agradecía el apoyo recibido y mantenía una actitud esperanzadora.

Por el momento, se sabe que la familia atraviesa un período de recogimiento y privacidad, reencontrándose luego de meses marcados por la incertidumbre. Sin embargo, no se descarta que en las próximas horas la presentadora comparta detalles sobre la evolución de su hija, una vez se sientan listos para hacerlo públicamente, mientras tanto, la prensa ha sido respetuosa con el tema. 

El difícil camino de Camila

La historia de esta complicada situación comenzó poco antes del cumpleaños número 23 de Camila empezó a experimentar una fatiga persistente, somnolencia constante y una marcada lentitud en el habla. Estos síntomas, aunque alarmantes, no llevaron inicialmente a un diagnóstico claro, y en una primera consulta médica no se identificaron señales de gravedad.

No obstante, al notar que su condición no mejoraba, Camila decidió acudir por su cuenta a emergencias en una clínica privada. Allí, tras exámenes más detallados, los especialistas detectaron coágulos en su cerebro. El hallazgo permitió confirmar que se trataba de una trombosis venosa cerebral, lo cual requirió hospitalización inmediata y un tratamiento complejo.

Desde entonces, Camila ha estado bajo vigilancia médica constante y ha recibido una variedad de tratamientos para estabilizar su salud. La evolución, aunque desafiante, fue poco a poco mostrando mejoras. Su madre, compartió mensajes esperanzadores durante el proceso, lo que generó una oleada de solidaridad en redes sociales.

Hoy, tras meses de incertidumbre, la noticia de su alta médica ha sido recibida con alegría por quienes han seguido de cerca el caso. La recuperación de Camila Nogales es vista como un testimonio de fe, resistencia y amor familiar.

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