Tiene 20 años y cursa el quinto semestre de la carrera de Comunicación Audiovisual en España. Ricardo Mórtola, hijo de la presentadora Mariela Viteri y del arquitecto Ricardo Mórtola (fallecido), siente que el periodismo lo lleva en la sangre.

Aprendió a lidiar con las críticas, como las que han surgido en redes sociales, ya que hace 8 meses su madre le permitió laborar en la radio de la familia (Fuego) después de que él propusiera la idea de un programa de entrevistas a personajes vinculados a la economía, sociedad y política. Es consciente de que el debate se genera por ser o no ‘palanqueado.

¿Cómo nació esa pasión por la comunicación y en especial por la radio?

Regresé a Ecuador por pandemia y luego del aislamiento pensé en la idea de un programa de entrevistas y se lo dije a mi mamá. Al comienzo mi mamá me acompañaba, me ayudaba para que no me trabe, pero ya luego tuve que exiliarla porque me robaba el micrófono y quería mi programa. De cierta manera esta afición no va a una rama del periodismo específico, sino como un querer decir lo que pienso. Ayer estrenamos ‘Análisis’ que se trata de entrevistas con expertos en política y economía.

Todo fue un proceso...

No es fácil enfrentarte a la cámara y fabricarte una piel gruesa porque lees comentarios que dicen: “a este chico cómo lo ponen”, “solo porque es el hijo de Mariela”, “no tiene ni idea de lo que hace”, te tienes que acostumbrar a esos comentarios. Esa experiencia no te la da nadie.

¿Cómo hace para lidiar ese tipo de críticas?

Viví 20 años de mi vida solo con dos mujeres (mamá y hermana), así que paciencia tengo bastante (...) El tema de las redes sociales es un poco delicado hoy en día, por ejemplo, que una palabra no es la adecuada, que la coma no es aquí, que no puedes decir aquello y estoy totalmente en contra de aquellos. Viene alguien a decir: “ponen a ese niñito que no sabe y que no es periodista”, un comentario plausible porque no he terminado mi carrera universitaria y porque muchos no tienen una madre que sigue mi misma profesión; probablemente es una persona con odio o ponzoñosa, pero esos son los gajes del oficio por ser una persona pública.

Mi mamá no tuvo que explicármelo. No hay mejor publicidad que la mala publicidad. Soy muy abierto y agradezco si me insultan.

A qué se debe esa manera de pensar...

Que te quedes huérfano de padre a los 13 años hace que te pegues más a tu mamá. Creo que eso influyó mucho. También el irme de mi zona de confort contribuyó (...) Irte a otro país, a un lugar donde no conoces.

¿Su regreso se debió simplemente por la pandemia?

Si la pandemia no hubiese existido no hubiera regresado y tampoco tendría un programa de radio.

Palpé la profesión de cerca y pude darme cuenta del trabajo que mi mamá hizo en todos estos años, porque creé -en cierto aspecto- un sentido de pensamiento en decir que ella trabajaba mucho para darme las cosas.

A quién le gustaría entrevistar o tener frente a frente como usted dice...

Al periodista Carlos Vera porque se lo cataloga como directo, de ceño fruncido y que le dice la verdad a los políticos, entonces me parecería muy interesante, pero ponerlo en un contexto más social para saber quién es él. Sacarlo de su zona de confort.

¿Entrevistaría a su mamá?

Creería que sería una gran entrevista, ella tiene muchas anécdotas, pero tendría que darme la autorización porque tengo información que podría poner a sus seguidores a temblar o decir “esto no lo sabía”. Ella es muy políticamente correcta. La imagen que da en público y la verdadera Mariela Viteri es un giro de 180 grados. Mi mamá es tranquila, religiosa, con convicciones políticas.

¿Haría un programa de farándula?

Para mí la farándula no recibe el respeto que merece. Todos somos faranduleros y a quién no le gusta encontrarse en una reunión con una persona bien informada o chismosa para que te ponga al día (...) Es complicado hacer un programa de temas de famosos y esas cosas. Invito a quienes critican que se paren en la televisión a hacer un programa y mantener a la gente conectada.

No haría farándula como tal, pero sí podría entrevistar a un personaje en un lado más profundo, como a Carolina Jaume.