Le dijeron que no sabía actuar, que solo era una modelito de cara bonita que quería salir en televisión. Lejos de amargarse, Renata Salem recuerda que esos ‘no’ que recibió al inicio de su carrera, fueron decisivos para esforzarse y demostrar su madera de actriz.

“Que me digan ‘no’ fue lo mejor que pudo sucederme, porque decidí estudiar actuación en México. Es difícil cuando a uno lo encasillan en un estereotipo, me tocó demostrar lo contrario”, cuenta a EXTRA.

Con 27 años e hija de la actriz de teatro Elena Rodríguez, Renata indica que su niñez transcurrió en ese escenario.

“Estaba tras el telón viendo a mi mamá en los ensayos y saliendo a actuar, eso me marcó desde niña”.

La seduce internacionalizarse

Desde los 14 años empezó a trabajar como modelo. En México desarrolló su carrera y también estudió comunicación, pero la actuación se impuso, primero con la serie ‘3 familias’ y en ‘Sí se puede’ y después en ‘Compañía 593’, donde interpreta a la seductora Fiorella, papel por el que dejó su trabajo de presentadora del informativo ‘Última hora Ecuador’, en el canal digital Vito Tvo.

“Fiorella logró sacar esa parte agresiva, que como Renata no mostraría jamás. Fue una de las mejores experiencias de este 2022 y ya viene la segunda temporada, es algo que me hace muy feliz”.

Con la mira en México

Añade que otro de los logros de este año es haber obtenido la residencia mexicana, algo que venía persiguiendo desde hace cuatro años y que le permitirá intentar continuar su carrera actoral en ese país.

“Hice casting en Televisa dos veces, también una vez en Netflix. Lo que pasa es que no estaba lista, ahora con mi personaje de Fiorella en ‘Compañía 593’ desarrollé más experiencia, me siento lista y voy por eso. Es algo que tengo entre ceja y ceja”.

Es su principal meta y explica que en el 2023 pondrá todo su empeño para lograrlo.

“Como actriz uno debe estar consciente de lo que es y todo lo que puede dar. Existen situaciones fuertes que pueden jugar mentalmente. También te encuentras con personas que no son profesionales y pretenden llevar escenas o sentimientos a la vida real”.

Sus apoyos

Cuenta que en su familia predominan las mujeres, y justamente a eso atribuye su fortaleza.

“Crecí con mi mamá, con mi hermana, mi tía, mis primas, casi todos somos mujeres. Solo tengo un primo varón de los que son muy cercanos a mí. Mi papá vive en el extranjero, tengo una hermana menor también. La familia es un símbolo de fortaleza para una persona”.

También tiene a Radu, su novio rumano desde hace tres años. “Lo amo mucho y espero en un futuro cercano contraer matrimonio, aunque eso nunca fue un sueño para mí. No me considero una mujer que tiene como meta solidificar un matrimonio o tener hijos, yo tengo otro tipo de sueños, pero sí me gustaría tener un compañero de vida, que me ame y respete”.

Más que el fútbol

A propósito de la fiebre futbolística que se vive en el país por el Mundial de Catar, Renata reconoce que no es fanática de ese deporte. “Más que el fútbol, me parece muy curioso el efecto que genera en las personas. Me gusta mucho ver ese efecto mágico que logra en los hinchas. En ese momento no importa la raza, sexo, género, nacionalidad, ni edad, no importa nada. Me gusta esa unión masiva, considero que es como una energía contagiosa”.