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Farándula

La salsera guayaquileña lleva el sabor en la sangre. ¿Alguien quiere ser su sucesora? Deben mostrar calidad en la pista.CHRISTIAN VASCONEZ

¡La 'Reina de la campana' no tiene quien le aguante el ritmo!

Gisella Bedoya es una mujer que respira, suda y contagia pura salsa. La llaman Giki campana, por el sabor que le imprime a ese instrumento.

A la Reina de la campana no hay quién le siga el paso. Ni en la salsa ni en la vida. Así de clarito se expresa Gisella Bedoya sobre cómo la sangre salsera que corre por su cuerpo hace de ella una mujer explosiva.

“La verdad, mis parejas no me aguantan el ritmo. He tenido muchos problemas porque mi vida es alegre y muchos no lo entienden y se confunden. El que me quiera debe quererme como soy, salsera siempre”, asegura Giki campana, o solo Giki, como también la llaman sus amigos.

Madre de una joven de 20 años y abuela de un niño de un año no se inquieta por nada. Dueña de un cuerpazo, asegura que todavía tiene mucho ritmo para sacudir a la vida.

Superada la pandemia del COVID-19, que obligó al cierre de los centros de diversión, en su caso específico las salsotecas, Giki regresa al ruedo. Y lo hace con la intención de que pronto se encuentre a su sucesora, una ‘dura’ de la campana, instrumento que ella aprendió a tocar desde muy ‘pelada’. Cuando conoció ese ritmo, atrás quedó la época del rock latino y las muchachadas de colegio. La salsa, algo que viene de familia, la había enamorado.

Sobrina del recordado Marco Vinicio Bedoya e hija del Comandante de la salsa, Luis Bedoya, Gisella celebra la reactivación y reapertura de centros de diversión.Cita a EXTRA en la Carlos Alberto Salsoteca, al norte de Guayaquil, lugar donde hace 5 años fue elegida como la Reina de la campana, en un escenario a reventar porque 4 ‘peladas’ se disputaban esa ‘corona’.

Allí, en ese lugar donde logró un título que le cambió la vida, salen los recuerdos. Cree que el día del concurso su única desventaja era no saber bailar al mismo tiempo que tocaba las campanas. Pero Gisella Bedoya hizo frente con su calidad. Y ganó. “Aprendí a tocar empíricamente. Y siempre las llevaba a las fiestas donde asistía”, relata. Y eso no ha cambiado. Sus campanas y sus maracas son personalizadas y están marcadas con sus iniciales. Y también ‘le hace’ al güiro y al bongó. ¡Todo un lujo!

Ya como ‘reina’ tomó como su inspiración al bongosero, percusionista, bailarín de salsa y director de orquesta puertorriqueño Roberto Roena. Verlo bailar al mismo tiempo que tocaba la campana le impresionó. Y aprendió.

Hoy está segura de que “vendrán otros ritmos y hasta quizá se impongan por épocas, pero la salsa nunca va a morir ni va a pasar de moda. La salsa vive en uno”, asegura Giki campana.