Rafaella Pimentel, hija de los actores Javier Pimentel y Carolina Jaume, ha decidido no seguir los pasos de sus padres en el mundo del espectáculo. Aunque desde niña ha demostrado su talento en las artes escénicas, especialmente en el programa Soy el mejor, prefiere enfocarse en una carrera más desafiante: la Medicina. 

“Lo que ya conozco me aburre”, comenta, explicando su interés por los retos y su deseo de demostrar sus capacidades en un campo distinto. Cantar y el arte siempre han sido para ella solo un hobby, no una profesión.

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A pesar de su talento artístico, Rafaella se enfrenta a las críticas del público, exacerbadas por su conexión con sus famosos padres. En el programa de competencia de baile, ha recibido comentarios negativos sobre su apariencia, lo que la afecta dependiendo de su estado de ánimo. Además, su hipotiroidismo ha influido en su peso. 

“La gente juzga lo que ve. Yo tengo hipotiroidismo, es un problema con la tiroides. No puedo digerir bien la comida, y soy muy ansiosa. Llegué a pesar 200 libras, pero he perdido 50 en un año, lo que para mí es un gran avance. Seguiré bajando, pero es difícil explicar esto a quienes no quieren escuchar”, explica Pimentel.

En cuanto a su relación con sus padres, destaca la cercanía con su padre, Javier, a quien considera su raíz. Reconoce que de él heredó tanto su color y forma de ojos como su terquedad. Por otro lado, de su madre, Carolina, confiesa que hizo muchos sacrificios por ella desde joven. Rafaella reconoce haber heredado de ella su forma de caminar, su cabello y su anatomía. Además la considera "una madre súper acolitadora"

Padre estricto

La disciplina que su padre le impone la mantiene centrada, pues admite que sin ella sería más difícil controlar su independencia y su manera de hacer las cosas. “Si no fuera estricto, yo estaría fuera de control”, asegura.

Finalmente, Rafaella resalta la figura de su abuela, Diana Saporiti, productora de televisión, quien siempre la ha apoyado y aconsejado, y a quien considera una segunda madre. “Mi abuelita es mi mamá, aunque me regañe, siempre está a mi lado”, concluye.

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