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Farándula
Oana Chelaru se recupera de su accidente en México: le cosieron 7 puntos en la cabeza
A la cantante rumana, recordada por el programa Combate (Ecuador), solo que quedan los moretones de los golpes
“La vida es un instante, en menos de un segundo se te puede ir”, dice la cantante rumana Oana Chelaru, luego de sufrir un aparatoso accidente en un cuadrón, el pasado 28 de marzo, en México, del cual se recupera gracias a los cuidados de su novio mexicano, el campeón interino peso pluma de UFC Yair ‘Pantera’ Rodríguez.
Oana cuenta que fue con unos amigos y todos iban en distintos vehículos (ella era la última), pero en la recta final del recorrido, le metieron velocidad, como el suelo era arenoso se levantó el polvo y ella no lograba ver el camino, por lo que no se fijó en una curva y se volcó.
“Todo pasó muy rápido, como un abrir y cerrar de ojos. Nos dimos vueltas. Yo estaba adormecida, mareada y solo escuché la voz de mi novio llamándome y diciéndome que lo mirara, y que de 1 al 10 cómo me sentía. Todo esto me lo contó él porque yo no me acuerdo de nada, perdí toda noción”, narra a EXTRA por vía telefónica.
La excompetidora del recordado reality de competencia Combate (Ecuador) no sentía los golpes, incluso no había notado que su cabeza estaba sangrando. Sus amigos le dieron el aviso. Fue cuando supo que debía ir a emergencia.
“Del susto me imagino que no sentía nada y estaba totalmente bien al salir del carrito. Creía que realmente era un rasguño que tenía en la cabeza, pero nada grave, no tenía dolores de nada, ni siquiera en el cuerpo. Cuando vi lo que mi pareja había grabado me quedé en shock, tenía una abertura muy profunda. Me operaron en el instante y tuve siete puntos”, detalla.
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Sus caderas quedaron moreteadas y el dolor se hizo presente al segundo día de lo sucedido. Sus manos y pies estaban hinchados.
“El segundo y tercer día fueron los más duros hasta para caminar porque ya se sentía todo el dolor y la gravedad del accidente. Gracias a Dios a mi pareja no le pasó nada. Él salió intacto, ni siquiera un rasguño, que era lo que más me preocupaba porque era yo la que iba manejando (...) Esta experiencia nos unió más como pareja, pues hacemos un gran equipo”.