Giras de medios internacionales, invitaciones a eventos importantes, recibimientos como toda una artista... es lo que está viviendo la ecuatoriana Mar Rendón, luego de obtener el tercer lugar en el reality de canto mexicano La Academia; sin embargo, esto no la ha cambiado.

La popularidad no la marea. Tiene los pies bien puestos en la tierra, ya que quiere cumplir sus sueños en la música.

Mar, quien llegó a Guayaquil el sábado pasado, recibió a EXTRA en su hogar y, mientras comía una galleta que le regaló su club de fans, reveló que extrañó mucho la ciudad, su comida y el calor de la gente. No imaginó que su recibimiento iba a ser repleto de público, por eso se le escaparon unas cuantas lágrimas. Aún no lo cree...

Fueron más de 100 personas al aeropuerto José Joaquín de Olmedo

Fue increíble. No lo esperé. Le dije a mi mamá (Silvana Kalil) que pensé que estarían 10 personas y ya. Me sentí Hanna Montana (personaje de la serie Disney). Fue una cosa loquísima que solo veía en películas y ahora me sucede. Todo es fruto del trabajo que venía haciendo año tras año.

Está viviendo una gran popularidad, ¿es consciente de eso?

Sí, pero quiero aclararles que siempre estaré dispuesta a un abrazo y a tomarme una foto con el público, porque un artista es un 50 y 50, de talento y el público, porque sin este no somos nada.

Luego del reality se ha codeado con exponentes de la música, ¿qué consejo es el que más rescata y quién se lo dio?

Paty Cantú (cantautora mexicana) me dio unos consejos enormes, pero el más importante me lo llevo de Arturo López Gavito (crítico de La Academia), que me dijo que mantenga la humildad y que no deje que los buenos comentarios se me suban. Al final del día creo que es lo más importante porque es fácil dejarse llevar por la euforia del momento, y comenzar a portarse como diva y tratar mal a la gente y eso no está bien. No hay que ignorar los valores y dejar la esencia de uno por algo que puede ser efímero.

Hablando de los críticos, ¿es cierto que la próxima semana viajará a México a encontrarse con Lolita Cortés?

Hay mucha especulación que haré una obra de teatro con ella, pero no es así, aunque me encantaría. Solo tomaré una master class. Regresaré porque ella es una excelente profesora, tengo muchas cosas que aprender y la admiro muchísimo. Es una grande del teatro musical en México y considero que es una oportunidad para seguir mejorando.

También se especula que se radicará en México...

Siento que ahora México me está abriendo las puertas, entonces sí estoy pensando irme a radicar allá, pero estoy viéndolo día a día, porque no sé dónde voy a vivir, cómo me voy a mantener o trabajar, probablemente sea de la música, pero no quiero precipitarme.

¿Qué le dejó el programa?

La seguridad. No era segura y me transformaba en el escenario, pero en mi vida diaria no sentía que tenía esa confianza de lo que yo era y podía hacer. Ahora siento que junté esas dos partes de mí. Me siento feliz arriba y abajo del escenario.

¿Su línea será el rock?

Quiero algo de rock, pero fresa -como dicen los mexicanos-. Quiero inspirar a las niñas y que sepan que son fuertes y pueden con todo. Ser diferente es cool.

El ser diferente le hizo vivir toda esta locura musical...

A veces apostamos a hacer lo que todo el mundo hace, pero lo más arriesgado es lo que rompe los esquemas. Es necesario salirse de lo habitual y atreverse a hacer algo nuevo.

Usted quería ser productora musical, pero ahora parece agarrar otro rumbo

Siempre quise trabajar en Sony Music México como productora y no como cantante, pero así se dio todo. Ahora quiero enfocarme en la carrera como cantante, pero siempre me ha gustado el lado tecnológico de la música y quién sabe si siga trabajando allá y produciendo. México me gustó mucho, no esperaba que sea tanto el éxito de La Academia.

Fueron tres meses de cambios constantes desde que fue a concursar, ¿qué fue lo más duro que le tocó pasar?

No saber lo que opinaba la gente, el apoyo que tenía y el no ver a mi familia. Un artista necesita que su familia le mantenga los pies en la tierra y que le dé amor y cariño, escuchar las palabras de los padres es importante.