Leonardo ‘Lazito’ Quezada ahora pasa más tiempo como panelista de Los hackers del espectáculo y solo realiza reportajes puntuales. Reconoce que esto ha traído rumores de que sería jefe y de que no le agradaría el trabajo de su compañero Dieter Hoffmann.

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Lazito asegura que no es la primera vez que se especula sobre él y muchas otras cosas, de las que hoy habla en esta “entrevista desde la bondad”, como dice su popular frase.

¿Qué hay de cierto en que eres casi el jefe del programa y que mandas a Dieter a reportear?

No, no, para nada. Bueno, el puesto de panelista siempre lo he tenido desde el día uno. Esas decisiones no las tomo yo, ya quisiera. Ya me quedé tranquilo, porque acuérdate que siempre que salía de coberturas había un bochinche, un escándalo; ahora me quedé quieto aquí, para que no digan luego que se sienten acosados.

Supuestamente tú eras el jefe de contenido y querías botar a Dieter, ¿qué pasó?

Mira, dicen de mí tantas cosas que ya no me sorprende, pero igual me alegra. En algún momento sí me llegó a afectar, pero me dijeron que debería preocuparme cuando nadie me tome en cuenta. Yo no soy jefe de nadie; soy una persona que suma, que aporta. Soy intenso en mi trabajo, pero se apagan las luces, me voy a mi casa y nada, me relajo.

¿La farándula te ha dejado enemigos?

No, para nada. Mira, yo trato de alejarme de las personas que en algún momento creo que me fallan, pero de ahí enemigos, no, para nada. Tampoco les doy la importancia, porque esto para mí no es personal, es solo un trabajo.

¿Eres ‘showcero’?

Todos somos ‘showceros’ en este medio. El que no lo sea, que tire la primera piedra. Todos hacemos show, somos funcionales al show; es parte de este negocio.

Silvana Torres se considera la mejor en la farándula. En tu caso, ¿crees que eres el mejor reportero?

No, yo nunca me he considerado. Creo que ese es un título que te lo tiene que dar la gente o, no sé, tal vez alguna asociación, y eso no ha existido aún. Respeto la labor de todos los colegas, creo que todos hacen una labor espectacular. Ser reportero no es fácil, es complicado ir detrás de la noticia, preguntar temas sensibles, pero que al final del día interesan al público. El estilo ya lo pones tú: el picante, el condumio, la sazón.

¿Te ves haciendo algo más que farándula?

No, yo amo la farándula, amo el espectáculo. Me veo, no sé, a los 60 años, como Pati Chapoy, sentado en un sillón comentando con la gente; o como Susana Giménez, Marcelo Polino, que son personajes icónicos a nivel internacional y que amo.

Andreína Bravo te tachó de acosador, y así otros talentos más. ¿Te dolió?

¿Sabes? No me dolió, pero sí me indignó, porque no puedo creer que exista gente tan conchuda que durante muchos años hizo lo mismo, y como ya no lo hacen, ahora resulta que está mal, es acoso. ¡Por Dios!, es una ridiculez, es una payasada. No existe el acoso; si fuera así, todos los comunicadores, fotógrafos o paparazzis del mundo estarían tras las rejas. No podemos permitir que nos pongan ese título; no debemos aceptarlo, hay que rechazarlo de manera rotunda.

En Ecuador hay farándula desde hace más de 30 años, o sea, ¿cuántos acosadores habrían existido entonces? Eso es una payasada que se inventaron por ahí un sector de gente sufridora.

O sea, ¿sientes que te envidian?

Por supuesto, obvio. Porque en algún momento estuvieron y ya no están (como reporteros). Entonces ahora sí, los acosadores somos nosotros. Ahora hay que ponerles una vela, pues, o sea, son la Madre Teresa de Calcuta reencarnados.

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