Dejó la pista de baile por un micrófono y una grabadora. La reportera de Directv Sport, Kristy la ‘Samba’ Alvarado, de 30 años, no se arrepiente de elegir las estadísticas para los partidos de fútbol, perseguir a los jugadores para obtener una primicia o reportear en pleno solazo. Eso le apasiona.

Llegó a la palestra pública como bailarina de la academia de Wilson Dance Show cuando apenas tenía 15 años.

Desde entonces ‘camellaba’ en las coreografías para los distintos matinales de TC y Ecuavisa, pero su pasión por la comunicación social y los deportes hizo que hace 8 buscara su camino en el periodismo.

No fue nada fácil. Cuenta que aún existe un machismo impregnado en el fútbol que encasilla a las mujeres y con el cual continúa luchando.

Sobre las mujeres en el periodismo deportivo, ¿cuesta llegar o mantenerse?

Quizá por necesidad o competencia, los medios empezaron a ingresar a mujeres en el periodismo deportivo y no como una convicción de que puedan realizar bien el trabajo.

Es difícil mantenerse con tan poco espacio para mujeres si uno no está preparada (...) A la larga uno se termina dando cuenta que así como no hay hombres preparados, también hay mujeres o al contrario.

Se ha dicho que es un nicho muy machista, ¿es cierto?

Definitivamente eso todavía pasa porque vivimos en una sociedad que aún tiene creencias y educación machistas que vienen de generación en generación, incluso se utiliza mucho esa frase ‘tenías que ser mujer, por eso opinas así’. Razón por la que me alejé desde hace tres años de Twitter, mis comentarios y opiniones los hago en lo que participo porque no me siento capaz para ir todos los días y enfrentarme con una red social.

En las narraciones deportivas un hombre se puede equivocar, pero ¿una mujer?

Cuando un hombre comete un error no pasa nada, pero si es una mujer, la crítica no es la misma y lo que se escucha es: ‘porque eres mujer’, como si fuera un condicionante.

Se dice que una mujer tiene ventajas al entrevistar a los futbolistas, ¿es cierto?

No lo creo, por el hecho de ser mujer (...) no te dejen entrar a ciertas zonas, como por ejemplo en una final a la celebración en el camerino. Me he encontrado con situaciones en las que me han rechazado... No creo que la ventaja pueda existir por factores como: no quieren que los entreviste una mujer o les da vergüenza, son cosas que me han pasado.

¿Pero eso la hecho sentir que no encajaba en esto?

No me he sentido menos, porque es parte de la igualdad. Nunca me sentí favorecida o privilegiada por ser mujer. La desigualdad está en la cabeza y esos son muros que hay que empezar a derrumbar.

¿Y se ha visto afectada por alguna acción machista?

He tenido compañeros que me han ayudado, pero hay quienes fuera del trabajo proponen llevarte a un mejor puesto, pero primero te invitan a comer y es cuando veo la diferencia entre los hombres y mujeres, eso no está bien y me enoja. 

“Cuando alguien quiere atacarme por mi vida privada no presto atención por tres razones: La primera porque no me conocen. La segunda porque no saben mi historia y la tercera porque que en ningún trabajo te condiciona por la pareja con que estés”. 

“No hablo de mi vida porque no me gusta y prefiero que mi familia esté tranquila”.

“No me creo una persona conocida y mucho menos famosa para que la gente esté interesada en saber con quién salgo”. 

“Soy empoderada, pero no me gusta cuando es radical y se va la agresión hacia el género masculino. Si queremos igualdad debemos tratar como queremos que lo hagan con nosotros”. 

“Voy por la línea de empoderamiento, pero no en la que ponen la palabra hombre con v porque es menos”.