Jimar Vera revela que su vida estuvo al borde del abismo tras recibir el devastador diagnóstico de su insuficiencia renal aguda.

La noticia lo dejó en shock total, ya que nunca había tenido problemas de riñones, y más cuando le diagnosticaron que su única esperanza de supervivencia era la diálisis.

“Entré a BLN en julio y todos los exámenes estaban muy bien. Pero casi un mes después todo cambió y llegué a pensar que moriría”, asegura.

(Vea también: Jimar Vera tiene una afectación a los riñones, que lo dejaría fuera de BLN)

¿Fue su desesperada búsqueda por bajar de peso la causa de esta pesadilla? Jimar se defiende y argumenta que la combinación de las exigencias de la competencia y una hidratación insuficiente fueron los verdaderos motivos de lo ocurrido. “Todo se conjugó en mi contra: una dieta deficiente, el mal descanso, un entrenamiento agotador, y tras eso tuve una competencia fuerte que al terminarla colapsé”, explica.

En Guayaquil se hizo poner un suero y descansó. “el fin de semana me sentí algo mejor, pero al volver a Quito estaba mareado, con náuseas y me interné en una clínica donde me hicieron varios exámenes. Ahí me dieron el diagnóstico y el mundo se me vino encima, me asusté mucho porque me dijeron que podía morir”, explica.

Se le habían roto unas fibras musculares que botan una toxina que va a la sangre e hizo que se le tapara el riñón.

“Ahí comenzó mi calvario, a la medianoche ingresé, me pusieron un catéter y al día siguiente ya estaba con la primera diálisis”.

En esas circunstancias tuvo junto a él a su familia e incluso se comunicó Fiorella Bruno, la mamá de su hijo.

“Ella estaba trabajando en los Estados Unidos y quería venir, pero le dije que no, lloramos juntos y le pedí que cuidara a mi hijo”.

“Me dijeron que sería de 4 a 6 diálisis, pero fueron más, lo bueno es que evolucioné y ya no las necesito. Claro que debo seguir en cuidados, pero fue como volver a nacer”, confiesa Jimar.

El apoyo de su familia, sus oraciones y las de quienes lo estiman fueron muy importantes para su recuperación.

“Eso marcó mi vida, aprendí que debo ser más responsable, tener conciencia de muchas cosas y que hay un propósito por el que sigo aquí”.

El ‘eterno capitán’, como lo llaman, sigue en la lucha y debe continuar con los cuidados, mientras su actividad en BLN se redujo al menor esfuerzo.

“Estoy supervisado por el deportólogo, para tener una actividad más pausada. Me siento feliz y agradecido por todo el apoyo, porque la verdad creí que me pondrían un reemplazo, y aquí sigo gracias a Dios”.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!