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Farándula
Los hermanos Miño Naranjo se han adaptado a la tecnología
Durante la pandemia, los artistas estuvieron alejados del público. Extrañaron los piropos y los aplausos. Regresan para tocar en Ambato y en Quito.
Los hermanos Miño Naranjo regresan a los escenarios. Solo la pandemia pudo separarlos de esa pasión que empezó hace casi 65 años.
Danilo, el menor de ambos, cuenta que aún no tienen fecha para el retiro y que seguirán cautivando al público con su repertorio plagado de pasillos y albazos, mientras Dios se lo permita.
Incursionar en géneros más modernos no está en sus planes. Para los artistas, la música nacional ha sido la forma en la que la gente los recuerda y los quiere.
El aplauso del público fue lo que más añoraron durante la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. No querían exponerse y, aunque les dolió bajar de las tablas, fue la decisión más cauta que tomaron por su salud. “Sí hicimos algunos shows virtuales, pero no hay nada como cantarle a la gente en persona”, explica Danilo.
Se acabó la pausa
Él y su ñaño están listos para arrasar con los fans el 6 de mayo. Ambato, su lugar de origen, es el destino elegido por los músicos para el reencuentro. Ambos están emocionados. Al día siguiente, los Miño Naranjo se presentarán en Quito, en el Coliseo General Rumiñahui. Allí le cantarán a mamá junto a los Kipus, de Perú; Los Antares, de Colombia; el Trío Colonial; y Don Medardo y sus Players.
Eduardo, quien actualmente vive en Cayambe, coincide con su hermano en la emoción de volver a las tarimas. Extraña el grito de la gente, sobre todo cuando les lanzan piropos. Para Danilo, en cambio, los mejores siempre serán los de su esposa. Llevan 62 años juntos. Tienen cinco hijos, 11 nietos y 7 bisnietos. “Ella siempre me dice que me adora, que me extraña cuando no estoy y que soy muy guapo”, añade.
Los cambios
Esos días de cartitas perfumadas, osos de felpa y medallas quedaron en el olvido. Hoy los fanáticos de los Miño Naranjo son más avezados. Consiguen sus números de teléfono y hasta les escriben por WhatsApp.
“Es bonito recibir esos mensajes llenos de cariño y de ternura. Siempre nos mandan sus mejores deseos”, coinciden.
Pese a las dificultades que supone la tecnología para los músicos, Danilo explica que ha tratado de adaptarse y que son sus hijos quienes lo ilustran en esas áreas.
“A mí me encanta estar en contacto y verlos por la pantalla... pero un abrazo nunca puede faltar”, concluye.