Exclusivo
Farándula

Las integrantes aseguran que sus atuendos son tan elegantes como La Rvancha.Karina Défas

El grupo La Rvancha 'ajusta cuentas’ con talento

Las integrantes aseguran que no son vengativas. Ellas muestran lo que son en el escenario. El canto y el baile, su desquite.

De La Rvancha solo tienen el nombre, porque para las cuatro integrantes de la agrupación no hay nada más bajo en el amor y en la música que ser vengativo.

Para ellas, no hay mejor ‘desquite’ que el talento y belleza que reflejan sobre el escenario, y que son, actualmente, los ingredientes de su éxito.

Jéssica Aveiga y Raquel Mendieta son las creadoras del grupo y coinciden en que la barrera más grande que han superado es la competencia desleal.

Las chicas se han abierto camino en la industria musical y complacen a su audiencia con un variado repertorio. “Nosotras hacemos música tropical, pero la gente le dice tecnocumbia, y si es así, yo me siento orgullosa de ser tecnocumbiera”, refiere Aveiga.

Ella cuenta que otra de las situaciones complicadas que enfrentan cada día es explicar a los seguidores que no dan “otro tipo de servicios”. Un espectáculo artístico es todo el paquete. “Cuando recibimos propuestas indecentes, les decimos que están confundidos”, revela.

Aunque complacer a la audiencia es una de las motivaciones de La Rvancha, los límites están bien marcados. Ellas no se venden ni por “todo el oro del mundo”.

Algunos piensan que es por el precio, e incluso proponen subir la tarifa, aun así el no es rotundo. Han sido tantos los seguidores que se dan de galanes que en una ocasión, durante un espectáculo, Aveiga pidió a su pareja que la acompañara.

Él estaba en la primera fila cuando un muchacho le dice: “¡Qué buena que está esa man!”, refiriéndose a Jéssica. “Entonces, mi novio le contesto: sí, esa man es mi mujer”, bromea.

El look lo es todo

El cachetero, las botas y los vestiditos forman parte del espectáculo. “Somos La Rvancha con elegancia, nunca usamos nada vulgar”, dice Euclismar Rivas, quien aporta sus conocimientos de baile al grupo.

Empezó con el arte en su natal Venezuela, cuando solo tenía dos años. De a poco se fue adentrando en la música y hoy su trayectoria es amplia.

Lleva algunos años en Ecuador y, por lo general, en todos lados la han recibido muy bien. “Solo una vez, una señora me mandó de su casa al escucharme hablar”, cuenta.

Pero aquel incidente no tuvo mayor importancia, ya que en el grupo la han hecho sentir como en su hogar. El mismo cariño y aceptación sintió Dayana Paz desde que ingresó a la banda hace 4 meses. Es estudiante de agronomía y antes era miembro de una orquesta.

La dinámica de convivencia entre las cantantes es armónica. Tratan de no discutir por pequeñeces.

Sin embargo, hay reglas claras. El vestuario es de la agrupación. No pueden usarlo para otros fines. Una de las integrantes se ganó un ‘jalón de orejas’ por ir con el vestido de La Rvancha a una presentación particular.