Ver a los jugadores de fútbol luciendo un rubio platinado o cobrizo se volvió normal a la hora de disfrutar un partido. En las alineaciones ecuatorianas hay más de uno que no solo se destaca por sus pases, marcaciones o goles, sino por el look que impone.

Tal es el caso de los integrantes de Barcelona: Gabriel Cortez y Byron Castillo, quienes pintaron su cabello, destacándose entre sus compañeros. Por otra parte está el emelecista Alejandro Cabeza y Cristhian Noboa quienes también se lo tinturaron.

Aunque en redes sociales unos alegan que se los ve mal, hay quienes destacan el riesgo que tomaron para destacarse entre el resto de deportistas, pero, ¿fue una decisión acertada?

Para la experta en belleza Angélica Reyes, ellos están en lo correcto.

“Usualmente una persona trata de ser rubia por la ideología que nos han vendido, que entre más clara y limpia sea la piel, más atractivo es. Este tipo de complejos que viene por cultura ha provocado que los latinoamericanos se enamoren de los rubios”, menciona Reyes.

Por otra parte, explica que los jugadores pueden variar en tonos, incluso se ha percatado que suelen mezclar los marrones, los beis y los dorados, así como la cantante estadounidense Jennifer López.

Recalca que los futbolistas, al ser el centro principal y visual de un campo de fútbol o estadio en donde acude mucha gente, tienen que pintar su cabello de una manera más fuerte, sin pasarse.

“El rubio favorece a las facciones de las personas porque se ve el rostro más limpio. En el caso de poseer algún tipo de melasma (tipo de manchas en el rostro), estas se desenfocan porque el color del cabello es el que capta la atención. Las variables del rostro pasan al segundo plano, por lo que considera muy acertada la decisión del cambio de look”, agrega.