Incursionar en el mundo del espectáculo no es nada fácil y más aún mantenerse, asegura Dora West. La nueva presentadora de farándula del matinal ‘En contacto’, de Ecuavisa, dice que a punta de esfuerzo y sudor ha cosechado una larga trayectoria que comenzó cuando tenía 16 años y bailaba para el desaparecido grupo Piso 4.

Tras su regreso a la televisión se desataron comentarios positivos y negativos, en las redes sociales, pero recuerda uno en especial, y es en el que alegaron que se necesita más talento joven y fresco en la pantalla, algo que no le parece cierto, pues su mayor referente en el mundo del espectáculo es la estadounidense Joan Rivers, quien murió cuando estaba activa en la TV (2014) a los 84 años, de los cuales 50 pasó frente a las cámaras.

Joan era la presentadora del programa de modas gringo ‘Fashion police’, donde varios jueces criticaban el look de las celebridades más importantes del mundo.

“Ella era temida. Tenía todos los años encima y era la sensación del ‘bloque’. Hay gente que dice que quiere rostros nuevos y siento que cuando alguien opina así es porque no ha trabajado en ningún lado. Cuando uno gana años, adquiere experiencia. No porque ganes edad ya vas a ser descartable, al contrario, obtienes más credibilidad y confianza, así como Joan, quien es mi modelo a seguir en el ámbito profesional”.

Por eso Dora cree que no es justo que alguien se escude tras una pantalla y pida a ‘gritos’ juventud y frescura, cuando no sabe si esa nueva adquisición podrá desempeñarse bien o logrará cumplir con las expectativas del público y directivos del canal.

“No es bonito que te digan que quieren alguien fresco porque uno suda, porque quiere crecer, porque sino uno no evoluciona y se queda allí mismo”, dice.

Costaba más...

Según la guayaquileña (37), años atrás costaba más llegar a hacerse reconocer por el público. Explica que ese es el problema de muchas personas actualmente, que piensan que lo más importante es que te conozcan, pero lo que en verdad cuenta es que te reconozcan por el esfuerzo y el trabajo.

“Esta es la era en la que vivimos y quien la aprovecha, lo aprovecha, y si tienen talento, mejor. ¿Cuántos talentos hubo en los realities?, ¿cuántas personas salieron de estos programas? Hay gente reconocida y mediática, pero no todos son talentosos y con ángel (carisma). Bienvenida sea la oportunidad que les dan a los chicos realities y ellos, los talentosos, los que tienen ganas de superarse y que tienen ángel, no serán como una estrella fugaz”, justifica la también cantante.

Con lo positivo

Nadie es ‘monedita de oro’ y eso lo tiene claro la ex-Kandela & Son, por eso se queda con los comentarios positivos. A los detractores les perdona la vida... no los bloquea de sus redes.

“Comentan con ganas de destruir. A esa gente no se le puede decir nada y son infelices en su vida porque trabajan botando veneno (...) se enferman solitos. Es como si esperaran tomarse el veneno para que se muera la otra persona”.

Cree que el éxito de un famoso se mantendrá si este es sincero en sus acciones y palabras, ya que “la gente no come cuento” y reconoce cuando el artista está fingiendo ser alguien que no es.

Las dos caras

Dora recuerda el episodio de su boda con el bailarín brasileño Danilo Vitanis en 2012. La prensa no tuvo acceso a la ceremonia y buscaron la forma de captar el momento. Algunos reporteros subieron a los carros de los invitados para grabar lo que pasaba. En ese momento ella creó un concepto negativo de la farándula, pero no fue hasta que le tocó estar del otro lado.

Ella perteneció al desaparecido programa ‘Jarabe de pico’, de Teleamazonas (2013-2018), y fue cuando aprendió sobre la labor del periodista de espectáculo.

“Hay dos caras de la moneda en la farándula. En la primera tenía un concepto diferente en el que no la entendí y creo que eso le pasa a mucha gente del medio (farándula), que es reacia y no se pone en los zapatos de los reporteros. Comprendí que es sacrificada la labor que hacen y que suelen recibir muchas negativas”, explica.

Sin embargo, Dora recalca que los ‘famosillos’ deberían entender que en Ecuador la farándula se maneja de forma distinta. “A la gente que ama a los famosos le encanta saber sus proyectos y si están haciendo algo en su trabajo, pero también si están enamorados, si su corazón está bien o si se han peleado. Muchos cierran las puertas cuando se les pregunta este tipo de cosas”.

Aunque admite que hubo momentos en los que no quiso hablar con la prensa sobre temas íntimos o polémicos.

“Hoy por hoy solo digo: ‘Disculpa, no puedo hablar, pide autorización’. A veces no depende de la pregunta, sino de cómo te pregunten. Tú sientes hasta dónde quiere llegar el entrevistador y es cuando sale mi yo con carácter y no la doy. Si hay una conversación previa o es una pregunta sin malicia, hablo”, finaliza la pelinegra.