El sueño de algunos niños es ser bombero al crecer, pero no para Don Day, quien cuenta que nunca se le ocurrió. No obstante, la experiencia de ser uno de ellos en la ficción de Compañía 593, la nueva serie de Ecuavisa, le enseñó que no solo son para apagar el fuego.

Diego Álvarez (el verdadero nombre de Don Day) interpreta a Nacho, un joven buena gente como el protagonista, dice a EXTRA el actor, tanto así que dejó atrás la bronca que tenía con el boliviano Andrés Salvatierra, con quien ha fumado la pipa de la paz.

Mucha acción

La producción en la que el actor hace dupla con la actriz Pamela Sambrano cuenta con muchas escenas de acción, por lo que el elenco contó con el asesoramiento del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.

“El fuego que usamos en la serie es real y muchas veces no lo aguantábamos. No me imagino un incendio de verdad, lo que tienen que aguantar. Mis respetos para ellos”, dice Don Day.

Tensión en el set

Diego reconoce que los primeros días de grabación fueron de mucha tensión entre él y Andrés Salvatierra, con quien tuvo varios encontronazos en el reality El poder del amor, en Turquía.

“No nos podíamos ver. El man pasaba y yo estaba por acá. Fue muy incómodo, como todas las personas que no se llevan”.

Pero -añade- que entendió que esa situación tenía que cambiar.

“Lo puse de esta forma. Estamos en otras circunstancias, las diferencias que teníamos se dieron para llevarnos bien acá. Allá (Turquía) era pana del man, pero hubo algo que no cuadró y pasó lo que pasó. Hoy en día soy una persona que no guarda rencor”.

El aprendizaje -señala- es nunca decir nunca. “Somos actores y nos toca trabajar con personas que uno ha dicho que nunca lo haría. Nunca se sabe, mira, de Bolivia hasta acá”, dice entre risas.

Bien cuidado

Don Day luce más esbelto y con brazos ‘pepudos’, lo cual lo atribuye a que quiso dar otra imagen para la serie.

“Pensé: ‘es momento de presentar a un Don Day que no han visto’. Todavía falta el Don Day fitness, como mucho y no voy a dejar de comer ni de ir al gimnasio”.

Aunque también lo atribuye al amor de su pareja, la salvadoreña Elizabeth Cader, quien se vino a vivir con él y con su hija Liahna.

“Es muy lindo mirar hacia atrás, escuchar lo que dije y que hoy mis palabras se cumplan”.

Por eso, explica que se salió del reality turco, para cuidar su relación. “Sentí que ahí se iba a dañar. Dejé de trabajar para cuidar algo que se llama futuro, no me arrepiento y puedo decir que valió la pena”.

La faceta de ‘papá’ es algo que no la veía venir tan pronto, pero la está disfrutando

“Es muy lindo un domingo llegar a casa de mi mamá, comer, dialogar y al despedirme, tomar a mi novia y a la bebé, subir al carro y tener el asiento preparado para ella. O saber que tengo que regresar a la casa a verlas, es muy lindo. Dormimos los tres, es muy loco”.

Aclara que no quiere ocupar el lugar del padre de la niña. “Liahna tiene un amiguito en mí, nunca voy a cubrir esa parte paterna, pero sí puedo ser ese amigo que va a estar en las buenas y en las malas”.