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Farándula

Darwin Verdezoto canta desde niño. Su pasión por la música la heredó de su padre.Amelia Andrade

Darwin Verdezoto, el policía firme en la música

Tras 21 años en la institución, el sargento  Darwin Verdezoto considera que como policía ya cumplió con su deber. Ahora se encamina firme a la música

Abraza tanto a la ley como a la música. Darwin Verdezoto es un sargento que le canta la plena a los ladrones, pero también es un apasionado del canto desde su niñez.

Darwin Verdezoto se dedicara de lleno a la músicaAmelia Andrade

Con 21 años en la institución, confiesa que al llegar a la adolescencia lo invadió el pánico escénico que lo llevó a abandonar sus sueños artísticos. Atrás había quedado el ‘peladito’ que no se perdía los festivales y toda ocasión de demostrar su arte en su natal recinto Chigüilpe, provincia de Bolívar. Todo cambió en 2002, cuando ingresó a la Policía: no solo descubrió su cariño por la institución, sino que se reencontró con su vieja pasión, el canto.

“Fue por casualidad, había un evento dentro de la escuela y un compañero estaba tocando la guitarra, me acerqué y comencé a cantar. Como faltaba un número en el programa me obligaron a que cante”, dice entre risas.

A partir de ahí no paró. Se convirtió en el artista de la Policía. “Cuando estuve de servicio en Los Ríos se hizo una campaña contra la violencia a la mujer, ahí escribí ‘No más flores caídas’, una canción que tiene su vídeo en YouTube”.

Pero el sargento mira más allá y quiere dedicarse a la música de lleno con su nueva producción titulada ‘Nadie puede igualarte’.

“Tengo hechos temas en varios géneros, pero a partir de mi anterior grabación, ‘Una de despecho’, me fui por ese género colombiano, con el que me siento muy bien. Soy un romántico”.

En ‘Nadie puede igualarte’, resalta la entrega de una mujer por su familia.

“A la institución le tengo cariño y respeto, pero no he podido desprenderme de la música, que es mi pasión. Creo que he cumplido un ciclo, ya tengo 21 años en la Policía y puedo acceder a mi jubilación”.

“Estoy esperando concretar algo para solicitar la baja”, admite el sargento de 43 años, casado y padre de tres hijos.

Considera que ya es tiempo de correr tras la música y no tras los delincuentes. “En la Policía he vivido experiencias muy bonitas, como también muy dolorosas cuando he perdido a un amigo. Creo que he cumplido y ahora voy por mi otra pasión que es la música”.

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