'Cachudo' pero monetizador. Así se 'goza' a sí mismo el cantante de música popular colombiana Ciro Quiñonez, quien confiesa que todas sus canciones de desamor y despecho son vivencias propias, de las cuales ha sabido sacar provecho.

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“Los desamores los monetizo con canciones”, afirma el músico de 40 años en una visita a EXTRA. Aunque Ciro ha tenido malas experiencias con damas, estas han sido justamente el impulso de su carrera.

“Cuando compuse ‘Regalada sales cara’, que interpreté junto a Jessi Uribe, fue porque una ‘regalada’ me salió cara. Fui un cachudo, me traicionó. Pero me di cuenta pronto y decidí no continuar con la relación. Cuando ella intentó regresar y me pidió disculpas, le dije ‘ya se acabó tu hora y tú regalada sales cara’. Ese día compuse esa canción”, cuenta.

Sin embargo, sus millones de reproducciones no llegaron de la noche a la mañana. Durante 15 años, Ciro cantó vallenato, pero hace tres años decidió probar algo nuevo: la música popular, también conocida como regional colombiana, que comparte algunas similitudes con la regional mexicana.

“Definitivamente me quedo con la música regional; en tres años me ha dado lo que no logré en 15 con el vallenato”, comenta Ciro, agregando que “este género me cambió la vida; era la música que esperaba para alcanzar el éxito”.

Aunque ambos géneros pueden sonar similares, Ciro señala una diferencia clave: en el vallenato el acordeón es el protagonista, mientras que en la música regional predominan los requintos y las trompetas, y el acordeón puede o no estar presente.

Esta semana, este oriundo de Cúcuta, Colombia, llegó a Guayaquil para ofrecer shows privados y promocionar su música. “Me quedé contento. Cuando a mí me dicen ‘¡A Ecuador!’, yo salgo corriendo pa’ allá. El cariño es único y uno tiene que estar donde lo quieran”, dice al agradecer la invitación del empresario Stiveen Sangoquiza.

Su promotor, Carlos Pinto, cuenta que hasta ahora Ciro solo había visitado Ecuador para presentaciones en Joya de los Sachas (Amazonía) y Santo Domingo. De eso, el artista recuerda con entusiasmo su show en esta última ciudad, donde la gente no solo conocía una, sino cuatro de sus canciones: “¡Fue increíble!”, resalta.

Lo único que lamenta de Ecuador es no haber tenido tiempo para turistear. Sueña con comprar un "apartamentico" aquí para explorar el país, porque eso sí, admite que las guayacas son realmente preciosas.

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