Era marzo del 2018 y Miguel Cedeño junto a Mauricio Altamirano resaltaban en la farándula ecuatoriana. Sus locuras atraían en el programa de Boca en Boca de TC. Y EXTRA los invitó a salir del set y los llevó a vender raspados afuera de la Universidad de Guayaquil. 

Aquel día, Miguel dijo que era la primera vez que los preparaba y vendía.

Replicamos la nota en homenaje al presentador, de 34 años,  que falleció este 28 de junio de 2022 tras padecer un cáncer linfático, y que salió de cero y pasó a entrar en millones de pantallas en el país, gracias a su carisma e ingenio.

La nota salió en marzo del 2018:

"La vendedora de raspados de las afueras de la Universidad de Guayaquil, Susana Moreta, tenía la mirada perdida y las manos sobre el triciclo. Dos señales de que no vendía nada.

Las pomas de jugo eran testigos mudos de su drama. Los clientes no aparecían por ningún lado. Desconsolada no sabía qué hacer.

"¿Dios mío cómo hago para que el negocio funcione y poder llevar unos cuantos dólares a casa?", reflexionaba. El reloj rayaba ya las 16:00 y la venta estaba estancada.

"Señora Susana, le traemos dos ayudantes para la venta, le van a dar la mano, estos venden desde una piedra hasta café caliente en el desierto del Sahara", le dijo Jerson Ruiz, periodista de EXTRA. Miró con cara de asombro. Total, ¡qué más da! Si todo parece es ir a mal.

Segundos después, no lo podía creer. Mauricio Altamirano y Miguel Cedeño, El Cuy y La Cerecita, De Boca en Boca de TCTV, estaban listos para ayudarla.

Mauricio ya tenía algo de experiencia. Miguel sí era ‘virgencito’ en estas lides. Lo que vino fue algo mágico para Susana.

Mauricio cogió los vasos y llamó a la gente: "¡Vengan!, ¡Vengan! No se vayan sin su raspado, están tan ricos que me los quiero tomar todos, si compra uno le damos una foto con La Cerecita".

Por su parte, Miguel lo hacía con toda la garganta: "¡Raspados!, ¡raspados!, listos para que los prueben, y si nos compra uno se toma una foto con El Cuy dándoles un besito".

Con tremendos ayudantes, la venta fue una locura. Tuvieron que ayudarle a mover la máquina que raspa el hielo para que la gente pudiera acomodarse. Entre bromas y en serio la venta se puso rebuena.

La venta se corrió de boca en boca por las calles aledañas a la Universidad de Guayaquil tanto que tuvieron como compradora a la muy guapa y querida cantante y presentadora, Jasú Montero, quien pagó los $ 0,75 que costaba el vaso de refresco.

AYUDA

"Señora Susana: descanse, ahora me toca atender a mí", le expresó Altamirano, quien andaba con el mismo traje que había usado en el programa minutos antes. "Yo le doy más leche condensada, hasta con yapa", decía Mauricio.

La venta iba creciendo... Cedeño se tomaba fotos con los clientes y estos le pedían hasta saludos en vídeo.

Susana no creía tanta bendición. "Pensé que era broma, pero me ayudaron mucho, además me he reído con las ocurrencias de ustedes, ¡Dios los bendiga!", expresó. Cuando no trabaja con los raspados, vende churros en la puerta principal de la Universidad. "No puedo dejarme morir de hambre".

La venta fue una locura y Miguel dice: "Ha sido una experiencia enriquecedora, saber cómo ella vende, es una heroína la señora" y Mauricio expresó que jamás imaginó que lo iban a sacar del canal a vender raspados, pero que lo mejor de todo es que se le pudo ayudar a la señora.

Estuvo tan buena la venta, que la doña tuvo que mandar a comprar más hielo. Por ahora Susana sigue pensando que fue un sueño tener como ayudantes en su triciclo a dos personajes de la televisión.

Hasta siempre Miguel Cedeño, nos quedamos con tu energía y ganas de luchar por la vida".