Desde los humildes comienzos en su tierra natal Balzar, Byron Villamar siempre supo que su destino estaba en el escenario de Miss Universo. A sus 29 años, su sueño se hizo realidad en el reciente certamen en El Salvador, donde no solo demostró sus habilidades maquillando, sino que también sometió su destreza a exigentes pruebas y a una entrevista para poder estar ahí.

Villamar define la experiencia como extraordinaria y su felicidad es mayor ya que entre las 16 candidatas que maquilló estuvo Sheynnis Palacios, representante de Nicaragua quien ganó la corona de Miss Universo, así como las candidatas de India, Venezuela y Bélgica que llegaron a la final.

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Un gran detalle: no se le permitió maquillar a la Miss Ecuador. El director de Muga Cosmetics, Andrés Felipe Cabrera, es quien designaba a las candidatas que debía atender. “No maquillé a la ecuatoriana porque al ser del mismo país se hubiera visto como una ventaja, y había que dar igualdad a todas las participantes”, explica.

Con una década de experiencia maquillando a reinas de belleza y conocidos rostros de televisión como Carolina Jaume y Érika Vélez, Byron considera que Miss Ecuador tenía todo para estar en un top.

“Delary Stoffers es una mujer bellísima, espectacular, con una proyección escénica maravillosa, pero siento que le hizo mucha falta el apoyo de la gente que la enviaba, en este caso de la organización. No es la primera vez que nuestras candidatas son preciosas, pero hay un déficit de la organización”, afirma con dureza.

Además, revela que faltó también el apoyo como país, algo que pudo constatar de sobra con Sheynnis Palacios, ya que cuando la maquilló y subió la fotos a las redes sociales, asegura que tuvo a medio Nicaragua felicitándolo por su trabajo, y eso que aún no ganaba.

“Eso fue muy importante para mí, pero también me di cuenta del déficit que tenemos como ecuatorianos. Nicaragua apoyaba a su candidata, su país estaba metido al cien por ciento, la organización la llamaba todo el tiempo para ver qué se ponía, cómo iba a llevar el cabello. Todo un equipo detrás de cada candidata y es lo que nos ha faltado a nosotros”, cuestiona el profesional.

Un llamado de atención de una persona que vivió de cerca, durante 16 días el certamen, que estudió y se especializó fuera del país y sabe de qué habla.

Al final, dice sentirse “orgulloso” por haber logrado mucho en 10 años de carrera. “Llegué a Miss Universo que era mi sueño y más feliz porque salí de un cantón tan pequeño como Balzar”, destaca. 

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