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Farándula

Para Barberán, la salsa es su vida y lo que le permitió darse a conocer.JIMMY NEGRETE

En busca del sucesor de Héctor Lavoe

El artista Freddy Barberán está dispuesto a entregar hasta su ropa para que el nuevo imitador del Cantante de los Cantantes lo haga con caché y personalidad.

No va más. Freddy Barberán ha enterrado al Héctor Lavoe de los escenarios rumberos de Ecuador y ahora busca entregar la ‘corona’ del imitador del Cantante de los Cantantes a un joven artista que mantenga viva la voz y figura del añorado salsero puertorriqueño.

“Los temas de Lavoe ya casi no los toco. Únicamente cuando el cumpleañero o quien me contrata me los pide. Quiero dedicarme a otras cosas y no estar cantando, porque la voz se termina con el pasar de los años. Ya estoy en otras cosas”, menciona el intérprete y actor de 66 años.

Aclara que no es de buscar a cualquiera. Su sucesor debe tener cualidades vocales, como el registro de tenor, así como la infaltable nasalidad y fuerza de voz de Lavoe. Incluso ofrece ayudar con el vestuario para que la imitación sea “de caché”.

“Héctor Lavoe jamás cantó mal vestido. Y si iba ‘sport’, lo hacía con una camisa de seda, porque el caché nunca lo dejó”, agrega.

Por eso tiene en la mira a un joven oriundo de Santo Domingo de los Tsáchilas, que participó en el reality ‘Yo me llamó’, de Teleamazonas. Para Barberán, aquel muchacho tiene la voz y personalidad de Lavoe, pero por la falta de vestuario no avanzó en la competencia de canto.

“La pandemia no me permitió ir a buscarlo. No recuerdo su nombre, pero sé que participó y lo encontraré porque es un plan que tengo en mente. Tengo intacta mi ropa de cantante y se la puedo heredar. Si se deja guiar, puede llegar a grandes cosas. Lo vi humilde, pero nadie le ayudó o aconsejó con la vestimenta”.

Barberán conoció a Lavoe en 1984, tras la accidentada presentación del boricua en una discoteca ubicada en la calle Los Ríos, entre Vélez y Hurtado, centro de Guayaquil, que terminó con el cantante ‘encanado’ por cuatro días.

Como se quedó sin su orquesta y debía cumplir con sus presentaciones en el país, el puertorriqueño lo reclutó para que tocara el bongó. Ese fue el inicio de una breve relación artística.

Al regresar de Estados Unidos en 1989, Barberán decidió interpretar los temas de Lavoe. Y así fue desparramando su voz, sudor y sentimiento por el cantante.

Asegura que haber sido el ‘Héctor Lavoe ecuatoriano’ fue una etapa muy buena que guarda con mucho respeto y cariño, pero que eso es parte del pasado y que todos los reconocimientos que ha recibido son por su esfuerzo y en ellos está grabado el nombre de Freddy Barberán “y no los del otro artista que ya murió hace 28 años”.

Y como músico, actor y libretista, Barberán desea que se reconozca su trayectoria artística y que lo llamen el Cantante de la Gente, porque ha compuesto sus propios temas salseros, como ‘Amiga’. “También tengo obras teatrales, a las cuales quiero darle mi tiempo, entre esas ‘Ladrón de Navidad’, ‘Máscaras’, ‘Juanito Alimaña y Pedro Navaja en acción’, ‘Salsa de la crónica roja’, entre otras. También espero ser un mánager”.

Pero en su decisión de sepultar a Lavoe también hay nostalgia. Y no por interpretarlo una vez más, sino por el olvido en el que caen los artistas ecuatorianos.

“Deben hacer estudios de grabación gratuitos para que podamos plasmar nuestra música sin tantos líos. Este tema toca mi corazón porque el mío y el de mis colegas sangra por esta herida”, reclama en medio de la pandemia de COVID que, como a otros músicos nacionales, ha debilitado sus ingresos económicos.

Cuenta que el problema de no recibir regalías es grave y más ahora que no tienen cómo producir. Ese dinero los ayudaría mucho, dice. No es solo un pedido de los cantantes, sino de todos los que viven del arte, aclara.

“Necesitamos trabajar todos: escultores, artistas, payasos. Yo para hacer una grabación necesito de 800 a 1.000 dólares y para ganar algo más, vender discos en mis presentaciones. Venimos naufragando hace rato. Quienes no hayamos reunido dinero estamos en nada. Me duele mucho por mis colegas”, comenta.

Pero también es crítico con la pereza de algunos músicos que quieren todo ‘a vaca’. “A nosotros nos hace falta dejar la vagancia y componer para no seguir cantando covers de otros, para que nos escuchen y pongan nuestra música”.

De la calle al conservatorio

Afirma que la salsa es una fusión de varios ritmos que nace en Cuba.Cortesía

¿Pero cómo empezó el ‘vuelo’ de este guayaquileño bohemio? Tenía 11 años cuando escuchó por primera vez ‘La murga de Panamá’, interpretada por Lavoe y Willie Colón. Fue en ese momento que la salsa lo cautivó.

Barberán empezó a ‘estudiar’ al Cantante de los Cantantes hasta hacerlo parte de su vida, caracterizándolo en bares, chongos, discotecas o en cualquier lugar donde le colocaron un micrófono para sacar el alma de Lavoe que lo poseía.

Su inquietud por este género musical tuvo eco en el Conservatorio Nacional de Música Antonio Neumane, ubicado en las calles Hurtado y Esmeraldas, centro porteño. Desarrolló su talento con diversos instrumentos; tantos, que ya perdió la cuenta de cuáles domina a la perfección. Incluso ahora está en negociaciones para traer algunos de Colombia.

En su domicilio, ubicado en el norte de la urbe, guarda su colección de premios, que con orgullo le recuerdan todo su esfuerzo por aprender y vivir del arte. Fue uno de los mejores estudiantes de fagot (instrumento de viento) del Conjunto de Cámaras del Conservatorio en 1980 y luego pasó a ser percusionista. “De la calle al conservatorio”, dice Barberán, refiriéndose a sus inicios en los burdeles de la tradicional zona de tolerancia guayaquileña, cuando tenía 17 años.

“Esos eran los sitios donde me daban chance para que toque las tumbas (congas), aunque no me pagaban, pero yo quería ‘foguearme’ y llegaba a casa con ‘tufo’ a trago. Todo era borrachera y mi madre (Norma Cruz) no quería eso para mí. Me dijo que debía meterme a un conservatorio o buscar a un cantante que me ayude”.

A los 18 años debutó como cantante profesional con Los Juniors. Su facilidad para improvisar en la tarima le permitió ganarse el reconocimiento de otros artistas. Así llegó a Joe Mayorga y su Orquesta, a cuyos integrantes conoció en el conservatorio. En esta agrupación se perfeccionó en el bongó.

Actualmente dice que se mantiene vigente con contratos para presentaciones, como la que tiene previsto dar en Octubre; o la obra de teatro que está ‘cocinando’, de la cual dará información a través de su red social oficial: @freddybarberan2. 

La actuación

es otra de sus pasiones. Participó en la obra de teatro ‘El vuelo de Lavoe’ y en el cortometraje ‘El hombre orquesta’.

El tema ‘Juanito Alimaña’

del fallecido Héctor Lavoe nace de una historia verdadera. El joven al que se refiere en la canción vivió en el barrio del artista.