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Farándula
Belén Alvarado y Luisa Espinoza hicieron un show de 'cuerpeo' en vivo
El público quedó boquiabierto ante las poses que hicieron las chicas sobre el escenario. Un falo de látex fue parte de espectáculo, al que se sumó hasta una sexoservidora.
Cabellera negra. Tan larga que le roza el derriere. Luisa Espinoza la hace bailar sobre sus hombros. Es un bamboleo sensual. Se enreda, una y otra vez, en su rostro. Ella la retira sutil.
Esa coreografía de mechones se mezcla con las coloridas luces de un night club del norte de Quito. Allí, ella danza sobre el escenario. Un vestido de malla le cubre los pechos. Hacia abajo, solo lleva una tanga. Diminuta. A juego con el enterizo negro.
A pocos pasos, Belén Alvarado, la Roja, también se deja llevar por la música. Usa lencería en tonos neón: un sujetador que apenas le cubre los pezones y un hilo. Un par de ligueros se ajustan a sus ‘tucotes’ muslos tatuados.
Pero ese vestuario casi pasa desapercibido entre los clientes del cabaré. Atontados y excitados por el espectáculo de sexo en vivo, protagonizado por las chicas de la farándula ecuatoriana, con dificultad notan las prendas que, al inicio, cubren sus cuerpos.
Poco a poco, Belén se quita la ropa. Y, sobre una sábana blanca, ambas empiezan un ritual erótico. Una a la otra se susurran instrucciones al oído. Cómplices, sonríen, gimen, arquean la espalda...
Y, en solo unos segundos, el show sube de tono. Luisa se ‘calza’ sobre el vestido de malla, un falo de látex y cabalga sobre la Roja. Con la punta de los dedos le acaricia los labios. La besa. Le pasa la lengua sobre los senos. ¡Explosión!
Unos cien hombres las miran. Calientes, se muerden la boca, cruzan las piernas, se rozan sobre el pantalón. Están inquietos. Se imaginan siendo parte de esa escena erótica. Ellas apenas los ven. Gozan sumidas en un placer público.
Luisa, conocida por protagonizar un video porno con su primo, el youtuber Felipe Crespo, suaviza el espectáculo con su rostro angelical. “Esas me encantan. Las que tienen cara de ‘yo no fui’, pero en la cama te hacen sudar”, dice uno de los clientes mientras bebe un sorbo de cerveza.
El espectáculo continúa. La Roja se desinhibe. Deja que su amiga la ponga en todas las posiciones. La acaricie, la ‘bañe’ en saliva. Y después de ese enredo de cuerpos... Alvarado llega al clímax.
Asistente
Una ‘invitada’
Entre el público, en su mayoría masculino, destaca la voz de una chica del club. Es alta, ‘tuca’. Lleva el cabello sujeto en una cola de caballo. Pide que la inviten al escenario. Quiere sucumbir ante los movimientos de ambas. Ellas aceptan y las tres se entregan al placer. El público grita “tijerazo”. Pero ellas se hacen las ‘locas’ y siguen con su coreografía.
Chocan sus cuerpos, se rozan la piel y luego van directo a la acción. Juguetean un rato como dos ninfas envueltas en la lujuria. La ‘invitada’ al trío se suelta el pelo, los tabúes y goza. Y, cuando todos están cerca del orgasmo, ellas se detienen, el show ha terminado...
Protagonista
Amigas con química
Al finalizar el espectáculo, las tres bajan del escenario. Se despiden. Los espectadores caminan hacia la salida. Otros quieren una foto con las protagonistas de esa ‘faena’.
En el segundo piso del establecimiento, Luisa habla relajada para EXTRA. “Yo soy bisexual. Tengo un prototipo de mujer. Me gustan morochas, tucas y tetoncitas”, indica.
Su novio escucha la confesión, pero no siente celos porque se trata de mujeres, dice.
Y, aunque muchos hombres vieron el show erótico, tampoco le preocupa. Sabe que entre las sábanas solo él puede tocarla.
Cuando Luisa recibió la propuesta del espectáculo de sexo en vivo, la aceptó de inmediato. Confía en la Roja. Hasta han hecho contenido juntas para sus cuentas de OnlyFans, la plataforma porno para adultos. “No soy vergonzosa. Lo hago sin miedo al éxito”, menciona.
Aunque en Guayaquil “les gusta el relajillo”, aún no se anima a practicar este show en algún local. Pero sí ha tenido propuestas subidas de tono de gente que la reconoce en la calle. “Una vez iba por la Bahía (centro de la ciudad) cuando una señora se acercó para ofrecerme un trío con su esposo. Para mí tiene que haber química, de lo contrario no puedo”, describe.
Para la Roja, Guayaquil no está lista para estos eventos. “Te gritan cosas y si pueden, te mandan mano”.
En este caso aceptó se parte del evento porque su pareja sería una buena amiga y “entre mujeres todo es más delicado”.
No se fijó en el público, aunque está segura de que en las escenas tan candentes de ley “estaban erectos”.