Durante 17 años la cantante machaleña Alexa Barruet luchó por consolidar su carrera en el país, pero se dio cuenta que iba contracorriente. Por eso, en el 2019 decidió buscar otros rumbos y se fue a México, la capital mundial de la música.

No la tuvo fácil, pero lo logró, cuenta vía telefónica a EXTRA, desde Ciudad de México, donde el pasado 8 de diciembre fue galardonada con el Micrófono de Oro, reconocimiento que antes lo obtuvo otro ecuatoriano: el legendario Julio Jaramillo.

“Es un sueño cumplido, porque aparte de ser uno de los galardones más importantes que entrega la Asociación Nacional de Locutores de México, lo considero un símbolo de inspiración para los talentos independientes del Ecuador”.

Un canal no la quiso

Su formato es de artista internacional, canta con banda y mariachi, género del que en México hay muchos exponentes, pero que ella logró imponer con su estilo y su voz.

“Desde mis inicios me gustó la fuerza de este género. Una vez, en un canal muy reconocido de Ecuador, se asumió que era mexicana o colombiana, cuando les dije que era ecuatoriana. Me pidieron que me haga pasar por extranjera, me negué y me dijeron que no. Ahí decidí demostrar que Ecuador tiene buen talento musical. Sentí que esa fue la gota que derramó el vaso”.

Tocó puertas

Alexa, a quien denominan La Diva del Despecho, por sus canciones ‘cortavenas’, recuerda que cuando llegó al país azteca muchas veces estuvo a punto de tirar la toalla.

“Pero me detenía porque soy una guerrera, una mujer que se aferra y lucha por sus sueños”.

Empezó a tocar puertas, las que poco a poco se fueron abriendo. “He tenido la oportunidad de cantar en el festival La Galería de las Estrellas, donde se han presentado Jenny Rivera, Juan Gabriel y Marco Antonio Solís”, relata.

Ahí donde la escucharon algunos productores y despegó su carrera. Incluso, la suelen llamar la Jenny Rivera ecuatoriana. “Para mí es un honor que me comparen con artistas de esa talla”, destaca Alexa.

Su carrera está centrada en México, aunque también está entrando a Colombia, pero su corazón está en Ecuador, con sus hijos y su familia.

“En Medellín hice mi álbum Esa soy yo, en el estudio que graba Jorge Celedón. Tengo invitaciones para hacer colaboraciones con algunos artistas. Eso me emociona porque el canto es mi vida, es mi pasión. Canto con el alma, porque por medio de mis canciones le hago justicia a esas mujeres que sufren por el desamor de los hombres”.