Zion Clark tiene 22 años, ingresó a la universidad, destaca en la lucha libre y es un ejemplo de que, muchas veces, las dificultades pueden superarse y conseguir nuestros sueños. Zion no cuenta con extremidades inferiores, su cuerpo termina a la altura de la cintura.

La condición que padece se llama Síndrome de Regresión Caudal, que le impidió desarrollar parte de la columna vertebral y, por lo tanto, no tuviese extremidades inferiores.

Zion creció en un orfanato en Ohio, cuenta que sufrió del bullying por parte de otros niños por su condición y finalmente fue adoptado. Su madre, Kimberlii, lo alentó a permanecer firme en su búsqueda de una carrera de lucha. El joven dice que ella es la "mejor mujer" que él conoce.

"Comencé a pelear en el segundo grado. Cuando era muy joven, en las primeras competiciones, no sabía qué hacer, ni mi oponente. Algunos niños tenían miedo de pelear conmigo; yo tenía miedo de pelear contra ellos. No sabía qué que estaba haciendo", dijo Zion al periódico británico 'Daily Mail'.

"Adapté mi lucha a través de muchos ensayos y errores. Pasé años descubriendo qué funcionaría. Ahora entreno dos veces al día, unos seis días a la semana. Es una rutina, es un estilo de vida. Nacer sin piernas no me impidió hacer lo que quiero" , agregó Zion Clark, quien protagoniza un documental de Netflix.

El luchador enfatizó que "la mejor manera de lidiar con los enemigos es usar el odio para levantarse".

"¿Mis sueños y ambiciones? Un día, ser parte del equipo olímpico y ser uno de los mejores luchadores de estilo libre del mundo", dijo Zion Clark.