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Vera, un ‘cholo’ de corazón amarillo
Jerson Ruiz, Guayaquil
“Nosotros los cholos no pedimos nada, pues faltando todo nos alcanza”. Bien podría ser esta la introducción de la autobiografía de Washington Vera. ‘El cholo’, como es conocido cariñosamente por sus compañeros, ha comenzado a dar buen fútbol en Barcelona, algo complicado en el Ídolo, siendo tan joven.
El joven, que se inició en el fútbol con solo tres años, suma dos goles en esta temporada. Los logró en partidos muy diferentes, uno en la enésima derrota ante Liga de Quito, y el otro ante Emelec, en la recordada goleada 5-0.
Su historia comenzó en Puerto Inca, cerca de Naranjal. El fútbol está en su sangre, porque el pequeño Wacho es sobrino de otra figura del fútbol de este sector, Carlos Maquilón, al que por algo le decían de apodo ‘Chanfle’. Quienes lo vieron de ‘pelado’ dicen que el pequeño Vera tenía ejemplos a seguir.
Pero, según cuentan, la relación más cercana con el balompié la tuvo con su padre. El progenitor también era “buena pelota”, un crack al que solo le faltó llegar a jugar en el fútbol profesional. El pequeño acompañaba a su papá Manuel a la cancha cada día, lo llevaba de mascota a todos los equipos en los que él jugaba Pero a los siete años lo inscribieron en la escuela Johavei, del sector el Cruce, de la parroquia Las Mercedes, en Naranjal.
“A mi padre le encantaba el fútbol. Y no es que yo lo diga, pero quienes lo vieron jugar decían que era muy bueno. A los 13 años pasó algo fabuloso en mi vida. Llegué a entrenar en la escuela de fútbol Marcos Chica de Naranjal, y un día el profesor Manuel Uquillas, exjugador de Barcelona, me vio jugar. Me dijo que venga a hacer una prueba en Barcelona y me quedé hasta el día de hoy”, recuerda Vera.