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Drama y lamentaciones para vendedores ambulantes en el Clásico que perdieron por goleada
Los comerciantes llegaron en mínima cantidad a los exteriores del estadio Monumental.
Todo era raro, lo que antes era una ambiente de fiesta con miles de personas, ahora parecía un cementerio. La bulla había sido cambiada por el pequeño murmullo.
Nadie gritaba: "Venga coma el guatallarín", "Venga lleve el agua helada", "Acá, si acá, venga que le cuidamos el carro".
Eso no había, pero estaban unos cuatro vendedores que tenían el temor de poder perder todo, si alguien le prohibía la venta. En los exteriores del estadio Monumental de Barcelona la goleada es tremenda contra los vendedores ambulantes.
Le verdad es que el miedo estaba en el ambiente. Antes, en los exteriores del estadio, habían ríos de gente por entrar a ver el Clásico del Astillero, ahora no había un alma. La culpa: del COVID-19.
Silvia Adrián tenía una mascarilla color negro, estaba a pocos metros del estadio. Lo único que le pedía a sus clientes era que tengan el tapabocas puesto. Sabía que no acudiría gente, pero las necesidades en el hogar hicieron que vaya a probar suerte en la venta de camisetas, mascarillas y gorras de Barcelona y Emelec.
“Estamos arriesgando, pero las ventas solo son para las personas que vienen de paso, nada más, no se pueden demorar en las compras. Hay que ganarse algo”, expresa doña Silvia.
Ella recuerda que en el último Clásico del Astillero del 2019 y la Noche Amarilla la venta fue brutal. Extraña el fútbol con público, porque era una entradita de dinero que tenía con el Ídolo cada 15 días.
LAS CAMISETAS
Kevin Oviedo arribó con su esposa y la pequeña Iliana, que no tenía camiseta del equipo. Dice que la bioseguridad es primero que todo. “Me faltaba la camiseta para mi hija, pensé que estaban vendiéndola y así ha sido. El partido lo veremos desde la casa”, expresó el hincha que llegó en su moto hasta la Av. Barcelona.
RECUERDO
Unos hinchas de Barcelona que acudieron al estadio sabían que no podían estar agrupados, pero dicen que es una tradición visitar el Monumental.
Por otro lado, Efraín Quishpe y su hijo Andrew se probaban camisetas en un puesto ambulante, era una camioneta que estaba ubicada frente al ‘templo’.
“Venimos solo por las camisetas, pero nos vamos de una a la casita. Solo compramos y a casita”, expresó Efrían, mientras su hijo Andrew, comentaban que todos los hinchas que se acercaron también a comprar debían de tener la mascarilla puesta, pero se habían olvidado.
SIN DINERO
Gabriel Espinoza, un fanático amarillo que nunca ve los partidos del Ídolo debido a que siempre cuida carros, se acercó hasta el estadio y con tristeza manifestó: “La vida nos ha cambiado, llevo siete meses que no sé lo que es ganarme un dinero con los partidos. Extraño el fútbol con fanáticos. Me hacía mis 40 dolaritos, eso era mucho dinero para mí y ahora no hay”.
Gabriel se lamentaba que el fútbol sin afición, ha dejado a mucha gente sin tener un dinero extra, para completar la semana.
"En mi caso, yo laboraba en los dos estadios, cada fin de semana y he perdido unos 200 dólares al mes, que servían para los estudios de mis hijos", dijo el cuida carros.
Así fue el ambiente fuera del Monumental, en el primer Clásico del Astillero en la era del COVID-19.