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El mejor premio al esfuerzo, Chavo Cruz con su hija Cristina y Christian Jr. presentes en el estadio Rodrigo PazCortesía

¡La vecindad del Chavo Cruz está feliz!

Así vivieron la esposa, los hijos y el padre del jugador su debut en la Tricolor.

Todo comenzó en un entrenamiento de Liga de Quito, cuando el DT Pablo Marini le dijo a Christian Cruz que lo felicitaba por ser convocado a la Tricolor; el corazón del Chavo estalló de felicidad y llamó a su esposa Cristina, era la alegría en la casa de los Cruz, atrás quedaban los meses que tuvo que pasar fuera de las canchas por la última lesión, la del 2019.

El estar en la Tri de mayores era una materia pendiente en Cruz, quien jugó el Mundial Sub-20 en Colombia 2011.

Pero cuando el defensa supo que iba de titular, se armó una barra personal para estar en el Rodrigo Paz, que es su casa durante los últimos años.

La barra de la Vecindad del Chavo:Priscila, Christian Jr., Cristina y don Rodrigo Cruz, papá del jugador.Cortesía

FAMILIA ENTERA

Christian quería que vaya su abuelita también, pero no se pudo. Su padre Rodrigo viajó desde Guayaquil, es un tipo futbolero que no se pierde ningún encuentro.

Cristina iba a usar la camiseta de la Tri que utilizó su esposo en el partido ante México. Ahora había que conseguir camiseta para Cristina, de 8 años, y Christian Jr., de 2 años.

Las camisetas estaban con la palabra Cruz, pero ponerle el número fue un dilema: “Christian me dijo que no sabía con qué número iba a jugar, le pusimos el 6 por la camiseta que usó ante México, por eso ellos tienen ese número, pero cuando salió a jugar utilizó el 7”, expresa Priscila.

EL SUEÑO DE PAPÁ

Priscila cuenta que su hija siempre había escuchado en casa que el sueño de papá era jugar en la selección y cuando vio al Chavo salir a la cancha le dijo: “Mira, mamá, el sueño de papá se hizo realidad”. Esas palabras fueron una motivación para ver el partido con mucha intensidad.

La esposa del Chavo dice que el sufrimiento fue grande en los primeros minutos, debido a los nervios que se tenía, porque no todos los días se juega en la Tri.

Al final del encuentro, el Chavo se dirigió donde estaba su barra personalizada, sus hijos le dieron el mejor premio, un abrazo y un beso.

Los Cruz en el estadio, Cristina y Christian Jr.Cortesía

“Fueron segundos de emoción, el ver a Christian jugar y ganar y tener a los bebés, no tiene precio”, cuenta Priscila.

EL RESBALÓN

Don Rodrigo viajó de Guayaquil a Quito, señala que los nervios se prendieron cuando su hijo resbaló: “Fue algo durísimo para mí, pero gracias a Dios todo pasó rápido, ese detalle en el partido me hizo sufrir”, indica el papá del Chavo.

Dice que el gran sueño de su hijo se hizo realidad y que ahora le toca seguir trabajando con humildad para que el sueño de llegar al Mundial de Catar sea realidad.

“Christian sabe lo que es jugar el Mundial con la sub-20, ahora si Dios lo permite que siga así”, manifiesta Rodrigo, quien ayer regresó a Guayaquil y ahora le toca hacer fuerza desde casa cuando juegue con Chile.