Parecía 31 de diciembre. Un televisor fuera con altoparlantes ponía la bulla. Las banderitas de Ecuador cruzaban la calle y todo era alegría.

La noche del jueves, pocos minutos después de que la Selección de fútbol de Ecuador diera el primer alegrón, fuera de la casa de Kiara Rodríguez España se vivía otra fiesta. Allí, familiares y vecinos estaban seguros de su ‘chica’.

La medallista de bronce en salto largo de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 y récord panamericano, vive en la cooperativa Antonio Neumane, en el sector de la Isla Trinitaria, al sur de Guayaquil.

Pero ella está, por estos días, en Tokio. Y ayer, su familia, los vecinos y amigos que la conocen desde niñita, la alentaban con todo su corazón desde aquí, su tierra.

Dentro de la casa freían empanadas y a cada rato las contaban, pues no sabían si alcanzarían para todos los invitados, porque a cada rato llegaba más gente.

Narcisa España, la madre de Kiara, caminaba de un lado a otro. No dejaba su teléfono para nada. Abrazaba a sus sobrinos y a ratos se dejaba ganar por los nervios. Sudaba ansiedad.

Tomás Zamora, un exvecino que regresó a la Isla Trinitaria para ver a su Kiara, antes de la competencia, decía: “del podio nadie nos baja, ya tenemos medalla, solo falta saber si es de oro, plata o bronce”. Se había tomado ‘unas copitas’, el momento lo ameritaba.

A doña Narcisa los amigos le ayudaban a arreglar las sillas. Otros las traían de sus casas. Había ambiente de fiesta. La competencia comenzó. La verdad que de salto largo sabíamos lo básico, pero ahí está Zamora, que bien puede ser un analista de esta disciplina.

Cuando Kiara salió en la pantalla se desató la locura. Todos gritaban: “Tritriqui... tritraca, Kiara se destaca”.

Johana Alcívar, su tía, llevaba dos banderas en sus manos. “Es una locura, Dios es bueno con Kiara, ella se lo merece, ella es increíble”, gritaba.

Rodríguez se ubicó entre las tres mejores y se llevó la medalla de bronce, pero acá, en la Isla Trinitaria, antes de que llegaran los resultados, ya se festejaba.

“Se lo dije, se lo dije, es medalla de bronce, pero en París 2024 será de oro”, repetía Zamora, quien festeja a lo grande.

Vecinos y familiares se abrazaban. Y ‘salió a flor’ la salsa choque. Se encendió la fiesta. Kiara fue capaz de transformar un 2 de septiembre en un 31 de diciembre.

Ya no había voz para seguir preguntando, solo quedaba festejar con el “Tritriqui... tritraca, Kiara se destaca”.