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María Olga Huailla, su hijo José Miguel y su esposo Segundo, una familia unida por el fútbol indígena.Alex Lima

Shamanga Sport: Familia unida por el balón

Segundo y José Yépez, padre e hijo, juegan en el Shamanga Sport, en la liga indígena de Durán. María Huailla no solo los alienta, también ‘marca a presión’ a los árbitros

José Miguel es el motor que mueve los domingos a María Olga Huailla y Segundo Yépez, sus padres, hasta la cancha Max Cortez, en el sector Secap de Durán. El adolescente, de 15 años, es parte del equipo Shamanga Sport, que participa en la Liga indígena de Fútbol, en la que intervienen 32 planteles.

La familia Yépez Huailla, originaria de Colta, provincia de Chimborazo, trabaja de lunes a sábado: María Olga se dedica a la venta de legumbres y víveres en el suburbio de Guayaquil y su esposo también lo hace como comerciante. Ellos siguen religiosamente los pasos de su hijo en el fútbol desde que tenía 5 años.

José Miguel no es ningún inexperto con el balón, es volante ofensivo. María Olga cuenta que su ‘peladito’ empezó en las divisiones formativas de Mushuc Runa, pero estuvo hasta el 2020, debido a la pandemia se retiró.

“Hay que estar unidos siempre, por eso somos familia. Me gusta que José Miguel sienta el apoyo de nosotros”, dice orgullosa la madre del jugador.

“Uno saca tiempo y el día que tenemos libre lo dedicamos a los partidos que juegan ellos, es una manera de sacar el estrés y pasarla bien”, agrega María Olga, quien se ubica cerca del césped sintético para alentar a su hijo y a su esposo, que también juega en Shamanga Sport.

Antes de saltar a la cancha, Segundo lanza una confesión: María Olga es una buena hincha, pero cuando los árbitros se meten con su familia, ella “es cosa seria”.