Exclusivo
Deportes
Los secretos de Diego López, técnico de Barcelona, que lo tienen peleando el título
El estar en el ídolo es su tercera experiencia como DT en Sudamérica
Diego López, el entrenador uruguayo de Barcelona, tiene 49 años, pero más de la mitad de su vida ha estado en Europa, donde fue jugador y pasó a entrenador en Italia. El DT tiene su primera experiencia en Ecuador y tercera en América como entrenador.
López le ha dado una nueva cara a Barcelona, lo ha hecho ofensivo y lo tiene luchando por ganar la segunda etapa de LigaPro.
Es de hablar poco y estar tranquilo en el banco de suplentes, aunque en el último partido cuando le ganaron a Deportivo Cuenca se emocionó tanto que festejó el gol ante una cámara, algo que no suele hacer y de lo que él mismo está sorprendido.
También puedes leer: Lengua y Bola: La mejor oportunidad te da EXTRA, dice el invitado Stéffano Dueñas
En su primera entrevista con EXTRA habló de lo que vive en Ecuador, sin olvidar el lado europeo de su trabajo.
El hincha de Barcelona tiene dos imágenes suyas: la del tipo serio y la otra, la de felicidad en el festejo ante la cámara cuando ganaron al Deportivo Cuenca.
Normalmente soy tranquilo, serio, depende de los momentos. Me gusta estar concentrado en los partidos, ojo, soy de carne y hueso y los sentimientos juegan mucho. Este grupo tiene mucho compromiso, desde el utilero hasta los directivos.
Lo que pasó en Cuenca fueron momentos que los viví por todo lo que se dio, estábamos con un jugador menos, eran los últimos segundos tratando de llegar arriba y hasta que se dio la jugada de gol y vino ese festejo alocado, y luego nos quitaron el gol y me tranquilicé, aunque con la asistencia del VAR finalmente se validó.
Era un López que por primera vez se veía en Ecuador.
Claro, fue un festejo alocado, mi familia se reía, en los chats familiares todo era risa porque no lo podían creer, se dio en ese momento.
Futbolísticamente, usted es más europeo que latino. ¿Del sistema de Europa qué es lo que más inculca en Barcelona?
Mi carrera como jugador y entrenador la hice casi todo del otro lado (Europa), pero quería estar en Sudamérica.Cuando fui a dirigir a Uruguay me di cuenta de que había muchas cosas diferentes. Las canchas son más rápidas en Europa, en las jugadas se mira menos, se juega a dos toques, acá se traslada más la pelota.
Un ejemplo acá es que mojamos la cancha, y mucha gente no entiende, y es para que la pelota sea más rápida para nosotros que la conocemos bien.
Del modo europeo, ¿qué es lo más difícil que le ha tocado implementar?
En la actualidad las distancias se han acortado, pero tienen que ver con el profesionalismo del jugador, no es solo venir a entrenar y ya. En Barcelona el jugador viene a desayunar en grupo, luego va al gimnasio, pasa el entrenamiento y no es que se vaya, se queda a hacer el postrabajo.
Eso pasaba hace tiempo en Europa, gracias a Dios ahora se hace acá y sirve de mucho, en especial a los jóvenes que se integran en todo sentido.
¿Algo de Europa que los jugadores acá le hagan feo?
Barcelona es bien organizado y nos da todo, igual que en Europa, pero sí me pasó en Peñarol, porque se hacía un día antes del partido algo informal, y sentíamos que era un día perdido; eso lo cambiamos por trabajos con intensidad.
Le cambió el juego a Barcelona, hizo intenso el fútbol.
Si ves lo que dije cuando llegué, no quería ver que venga un equipo pequeño y nos gane corriendo, que quería tener un equipo que corra y tenga la intensidad por la calidad de sus jugadores, y Barcelona los tiene.
Esto también puedes leer: Barcelona: Gabriel Loco Cortez le canta a Dios en una iglesia evangélica
¿Cómo digerir los comentarios sobre el fútbol de Barcelona?
Hay que seguir trabajando, pero en el último partido jugamos mal, por la cancha y porque el equipo contrario jugaba bien. Luego tuvimos la paciencia de ir elaborando algo más teniendo la pelota más segundos. Creo que a veces es necesario también ganar no jugando bien, ganar hace bien. Esta semana corregimos errores. Cuando se tiene buenos resultados se trabaja bien y eso me deja tranquilo.
Usted le pone intensidad al juego, ¿y cómo maneja la intensidad de los hinchas amarillos? Esos sí son intensos.
Eso es lo único que no manejo, está bien que ellos sean intensos en su amor por el club, y siempre me dicen lo mismo: ‘hay que ganar’.Este equipo es pasional y uno tiene que saber escuchar y tratar de mantener el equilibrio.
¿El hincha amarillo es demasiado pasional o, como se dice, “enfermo” en su amor por el club?
Es lo que más me llama la atención cómo vive, veo todos los días la gente con la camiseta del Barcelona, y eso no es normal. El Peñarol es el más popular de Uruguay, pero la gente no se pone la camiseta todos los días. Cuando vengo en la mañana a entrenar, veo a la gente yendo a trabajar vistiendo la camiseta del equipo, es algo lindo, no se ve en otra parte del mundo. Lo mismo pasa cuando vas a los malls.
Es Barcelona 24 horas.
Todas las veces que salgo, me encuentro con la gente puesta la camiseta.
La tabla de posiciones lo tiene a Barcelona a un punto de los líderes.
Hay que verla de reojo y saber dónde estamos, pero está apretada y el último resultado fue clave, pero genera que el hincha venga. A veces uno grita para que vengan al estadio, pero este equipo con resultados y funcionamiento tratando de jugar pide que asistan.
¿Si Diego López fuera malo en el fútbol, dónde estaría en este momento?
Eso me preguntan mis tres hijos, la verdad no sé qué contestar.Desde los 13 años estoy jugando, con 17 años debuté en primera y no me dio tiempo para pensar en otra cosa. Lo que no tenía idea era de ser entrenador; cuando dejé el fútbol a los 37 años, en Italia el presidente del Cagliari me pidió que sea entrenador, eso hice.
Tiene un entrenador italiano en su cuerpo técnico.
Tenemos una afinidad con Michel Fini pues jugamos juntos. Y su presencia le hace bien al jugador ecuatoriano, él jugó en el más alto nivel y sirve mucho para enseñar, en especial a los jóvenes.
¿Lo de Obando cómo se dio?
Allen tiene una ventaja, sabe lo que es ponerse la camiseta de Barcelona, sabe lo que es ganar un Clásico, ya lo vivió en las menores. Y vimos que puede estar para jugar, fue un cambio natural, pero hay un detalle: estuvo bien rodeado de sus compañeros y se le dio el partido.
La mejor información y diversión en tus manos suscríbete: ¡EL DIARIO MÁS BACÁN PARA LA GENTE!