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Santa Elena Sumpa: los jugadores pasan entre los entrenamientos y sus trabajos
Guillermo Segarra y Aris Mina relatan lo que hacen para ganar dinero y sustentar a sus familias. Se quieren dar a conocer en la Copa Ecuador
Los jugadores de Santa Elena Sumpa, que militan en la segunda categoría, están causando sensación en la Copa Ecuador. Ya han demostrado que pueden eliminar a equipos de primera (Serie A y B), aunque muchos de ellos enfrentan dificultades para concentrarse en el fútbol debido a la necesidad de ajustar su tiempo entre entrenamientos y trabajos.
Guillermo Segarra, arquero del club, expresó su felicidad por formar parte de uno de los equipos de la segunda categoría, junto con Santo Domingo, que sigue soñando con ganar el título en una competencia donde finalmente tienen la oportunidad de mostrarse.
“Para los jugadores que estamos en segunda o en el fútbol aficionado, donde hay mucho talento, es una oportunidad de oro, ya que en el fútbol nacional no se presentan muchas ocasiones como esta. A mis 31 años, por primera vez estoy sintiendo la emoción de ser visto por jugar”, comentó Segarra.
A diferencia de los equipos que han enfrentado en el torneo, como San Antonio (Serie B) e Imbabura (Serie A), que solo se dedican a entrenar para mantener su forma física, Segarra destacó el esfuerzo que hace para continuar en el fútbol. Es esposo y padre de una niña de 3 meses, y como cabeza de hogar en el cantón Durán, debe equilibrar su tiempo entre entrenar con Sumpa, de lunes a viernes de 08:00 a 10:00 en la cancha trasera del colegio Simón Bolívar, al norte de Guayaquil, y trabajar como taxista el resto del día.
“Me levanto muy temprano, entreno con el equipo y luego trabajo como taxista. Con el poco dinero que se gana en el fútbol y lo que obtengo con mi taxi, ayudo a mi familia y financio mis estudios. Ya estoy egresado en la carrera de Derecho. Amo el fútbol y por eso hago este esfuerzo”, explicó.
“Es una realidad que para los equipos de la segunda categoría hay muy poco presupuesto. No se invierte para tener un torneo que nos permita soñar con llegar al profesionalismo. He conocido a muchos jóvenes con talento que tuvieron que dejar el fútbol porque en esta división no se paga bien”, agregó.
Por su parte, el defensa Aris Mina, de 21 años, también reveló que trabaja y entrena mientras persigue su ilusión de llegar a un equipo grande. A pesar de su deseo de enfocarse más en su preparación, debe preocuparse por su familia.
“Trabajo con mi suegro confeccionando zapatos y luego los entrego. Hay que buscarse la vida para seguir en este lindo deporte. Tengo esposa y estamos esperando nuestro primer hijo, por eso necesito buscar ingresos adicionales. Los equipos de segunda no pagan mucho y a veces se demoran en hacerlo”, recalcó Mina.
El miércoles 21 de agosto de 2024, desde las 14:00, Santa Elena Sumpa enfrenta a Universidad Católica en los octavos de final de la Copa Ecuador, que cuenta con los panameños José Fajardo e Ismael Díaz. Mina afirmó que ya ha estudiado a sus rivales.
“Mientras estoy en mi trabajo adicional, siempre pienso en cómo frenar a mis rivales. Ahora que me toca enfrentar a estos dos buenos delanteros, lo hago más. Esta Copa es mi oportunidad para mostrarme, por eso debo realizar buenas actuaciones; no es momento para nerviosismos”, aseguró Mina.
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— Copa Ecuador (@CopaEcuador) August 17, 2024
LA EXPERIENCIA
Marvin Corozo, quien ha jugado en Deportivo Cuenca, Olmedo, Delfín, Técnico Universitario, entre otros, dejó su posición de lateral para convertirse en central a los 37 años, con el objetivo de liderar al equipo desde esa posición.
“Todos estamos ilusionados porque estamos viviendo un gran momento y haciendo buenas actuaciones. Además, la Copa es una vitrina para mostrarse. En estos momentos, los jóvenes me piden consejos y yo les doy mis tips para enfrentarse a los delanteros”, dijo entre risas.
Corozo también destacó que, al ver que muchos de sus compañeros jóvenes no tienen los medios económicos, los apoya en lo que puede.
“Sé lo que es empezar desde abajo; es difícil, especialmente en las categorías inferiores. Con lo poco que gano de premios, ayudo a mis compañeros con sus pasajes y comida. Después de los entrenamientos, también vamos a comer en grupo, ya sea un encebollado o un helado”.
Leonardo Yáñez, quien recientemente se unió al club, mencionó que se encontró con un grupo que tiene ‘hambre’ de gloria y que dará todo por conseguir el título.
“Podemos ganar a cualquier equipo que venga porque tenemos una mentalidad ganadora y no nos dejamos amilanar. En la cancha somos once contra once, y enfrentamos a un equipo normal al que se le puede ganar con buen fútbol. Este grupo quiere mostrarse”, afirmó Yáñez.
FORTALEZAS
El técnico del equipo Luis Medina considera que su equipo tiene el potencial para llegar a la primera categoría, pero la falta de apoyo limita su progreso.
“Es un inconveniente que los jugadores deban trabajar y entrenar al mismo tiempo, pero tienen la motivación de hacer bien las cosas por sus familias. Sus carencias las han convertido en fortalezas, pero si tuvieran el tiempo y dinero para dedicarse solo a entrenar, ya estarían en un equipo de la LigaPro”.
Medina concluyó pidiendo más inversión. “Mis jugadores deben preocuparse por la comida de sus familias, por lo que los entrenamientos se programaron en las mañanas para que puedan trabajar. La Federación Ecuatoriana de Fútbol debería invertir más en este torneo para hacerlo más profesional”.