Todos hacían espacio para ver a la Locomotora del Carchi. Richard Carapaz llegó a las 7:50 a la Mitad del Mundo. Como parte del protocolo de seguridad, ingresó a un complejo del Consejo Provincial de Pichincha.

Allí montó su centro de operaciones para la prueba de contrarreloj individual del Campeonato Nacional de Ruta. Lejos de los otros competidores, el medallista de oro olímpico eligió esta zona para realizar el calentamiento y alejarse de la bulla provocada en las calles principales, donde se desarrolló la competencia desde las 9:00.

En la avenida Manuel Córdova Galarza ya se dio la partida para iniciar con las pruebas femeninas y sub-23, Carapaz decidió recorrer los pasajes secundarios del sector en su bicicleta. Lo hizo como parte de su preparación y con la intención de pasar desapercibido. Pero no pudo. Los aficionados que lo reconocieron decidieron seguirlo con la intención de tomarse una fotografía o por lo menos mirarlo de cerca.

La Locomotora del Carchi no pudo atender a sus requerimientos porque estaba enfocado en su trabajo. De todas maneras, permitió que lo acompañen por una parte del trayecto hasta que les sacó una gran ventaja.

Tras está pequeña sesión, el ganador del Giro de Italia volvió a su base para seguir con lo suyo, mientras le llegaba la hora de competir (11:06).

Poco a poco corrió la voz de donde estaba Carapaz y las personas se acercaron para mirarlo a través de los huecos del cerramiento. Allí de quedaron, sin decir nada, sin interrumpir su entrenamiento, solo mirando y esperando que salga.