Cuando aún faltaban tres meses para los Juegos Paralímpicos (del 24 de agosto al 5 de septiembre) la deportista de salto largo ecuatoriana Kiara Rodríguez, ganadora de medalla de bronce en suelo japonés, ya daba muestras de que Tokio se convertiría en el escenario de su consagración, luego de que se coronó campeona Nacional Interclubes de Atletismo U-20, con marcas más que alentadoras, que las confirmó en la gesta ecuménica.

Pese a que la cita capitalina era un torneo para deportistas con sus capacidades completas, Rodríguez, con parálisis braquial al nacer y que limitó el movimiento de su brazo izquierdo, compitió meses atrás y comandó la prueba de salto de longitud al registrar 5 metros con 58 centímetros, que además significó un nuevo récord nacional, así como la mejor marca sudamericana de esta disciplina.

“Estoy feliz. Este resultado quiere decir que voy en el camino correcto y que en Tokio puedo dar una alegría importante al país, una que nunca antes han recibido de un deportista paralímpico”, precisó en su momento emocionada Kiara desde la pista de los Chasquis, luego de la competencia.

Campeona Parapanamericana y Mundial Absoluta de salto largo en 2019, la guayaquileña ya de 18 años de edad piensa en grande y no hay quien la frene. Tiene la capacidad. Más que demostrado con el bronce ganado en los Paralímpicos de Tokio.

En marzo de este año, y luego de un concentrado especial en Portugal junto con otros paralímpicos tricolores, Kiara se colgó dos medallas de oro en el Grand Prix Mundial de Para Atletismo en Túnez. Su supremacía ahora no fue solo en el salto largo, donde es especialista, sino también en los 100 metros planos, prueba en la que también aspira a clasificarse a los Juegos Paralímpicos.

“Si bien está dentro en salto largo, tiene muy buenas marcas también en velocidad, donde ya está en zona de clasificación”, dijo Bernardo Valdés, entrenador de la ecuatoriana.

Para Rodríguez, el Grand Prix de Túnez fue su primera competencia oficial de 2021, por lo que solo había previsto constatar su estado físico; sin embargo terminó superando las expectativas al ganar los dos eventos en los que participó.

El trabajo de la deportista se vio intensificado según se acercaban los Paralímpicos. La saltadora criada en la isla Trinitaria, populoso sector del sur de Guayaquil, esperó paciente, pero decidida a conseguir una gesta histórica a nivel de los deportistas con capacidades diferentes y metió a Ecuador en un histórico podio.