Alexis Ever Lemos Castillo, el guardameta de Cumbayá, vivió una jornada inolvidable el sábado pasado. Tras 301 días de espera, volvió a la titularidad y lideró a su equipo hacia una histórica victoria en la segunda etapa de la LigaPro. Este triunfo no solo marcó el primero del año para Cumbayá, sino que también significó un hito personal para Lemos.

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Con una calificación de 7.4, el arquero de 34 años demostró su calidad bajo los tres palos. Sin embargo, su motivación trascendía lo deportivo.

Llevaba en el corazón un profundo dolor que solo él y sus seres queridos conocían. Mientras sus compañeros celebraban efusivamente, Lemos derramaba lágrimas de emoción y alivio.

“Hace unas semanas, mi esposa perdió a su abuela. El viernes falleció mi tío, un ferviente hincha de Emelec. Sé que no le habría gustado que le ganáramos a su equipo, pero Dios tiene sus razones. Tenía fe en que cuando me tocara jugar, las cosas irían bien. Esta victoria es para ellos”, confesó el guardameta, quien también ha defendido los colores de D. Quito e Independiente.

La pérdida de sus seres queridos se convirtió en una fuerza impulsora para Lemos. “Fue una motivación extra, a pesar del dolor. Me tocó jugar y esto va dedicado a ellos. Con la ayuda de Dios, vamos a salvar la categoría”, afirmó el arquero, quien también había disputado 90 minutos en la Copa Ecuador ante Guayaquil City.

La tristeza de Lemos se transformó en esperanza para un Cumbayá que ha enfrentado dificultades económicas y deportivas.

Sus lágrimas ascendieron al cielo mientras él celebraba los tres puntos y se aferraba a la ilusión de mantener al equipo en la Serie A para el 2025.

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