Estamos al sur de Guayaquil, cerca del primer puente de la Perimetral. A esta cancha se la conoce como El Arenal, pero en realidad es el sector Desarrollo Comunal, cerca del sector Nigeria.

Aquí se respira fútbol. El escenario, que era de arena, ahora es de césped sintético. Muchos equipos entrenan allí, pero hay uno especial que llama la atención: es la Escuela de Fútbol Trinitaria, por donde pasó Adonis Preciado, quien vivía por este sector. A él se suman Julián Ordóñez y Jean Pierre Vernaza, quienes están en Aucas.

Desde hace 10 años está funcionando. Es más que una escuela, una labor social que hace Junior Ayoví, quien jugó en Emelec (2007), Imbabura, D. Azogues y D. Quevedo.

Entre todas las categorías se suman unos 60 soñadores.

Cuando Ayoví se rompió los ligamentos se olvidó del fútbol profesional, eso fue hace 10 años. En ese instante se proyectó a trabajar con los chicos de este sector, donde él también vive. Se dio cuenta d que el sueño de ser futbolista es lo principal en los pequeños de este lugar.

ADONIS, EL EJEMPLO

Un caso especial es el de Adonis Preciado, que se fue a Puerto Quito, luego Mushuc Runa y ahora está en Barcelona. El jugador canario es el modelo a seguir. Los pequeños dicen que si él pudo, ellos también podrán. A lo que le pasó a Adonis se suman jugadores que están haciendo sus primeros pasos en Aucas e Independiente del Valle.

Y por ese camino van chicos como: Deikar Nazareno, Israel Mainfren, David Bone y Vinicio Sánchez. De ‘una’, Ayoví advierte que “tengan en cuenta esos nombres en el futuro”.

Junior no tiene el apoyo de alguna entidad deportiva, señala que todo lo que se hace hasta ahora es autogestión: “Aquí nos damos la mano todos, entre padres, jugadores y amigos que les gusta respaldar. La idea es que salgan chicos de este sector como ya lo han hecho”, explica Ayoví, quien recuerda que Byron Castillo ahora está en Barcelona y también se entrenó un tiempo por este sector.

Debido a que en la cancha hay varios equipos, se aprovecha la mañana para entrenar de lunes a viernes niños y jóvenes de 5 a 17 años. Ellos están detrás de una pelota buscando un sueño, el mismo que tuvieron los que ya llegaron.

Junior esta semana recibió la visita de Rolando Castro, un exjugador de Santa Rita que siempre le da la mano, pero que esta vez iba a llevar balones y chalecos para que los pequeños sigan entrenando.

“La idea es buenísima, combinar el deporte con lo social, por eso le damos la mano con lo que podemos. Sé lo que es tener un equipo y que no exista el respaldo”, expresa Castro, quien los fines de semana lleva su equipo senior a los torneos que organiza Ayoví.