Barcelona se desquitó con el primero que vio: Liga de Portoviejo. La semana anterior el Ídolo cerró una mala campaña, en la fase de grupos de la Copa Libertadores, por lo que llegó a su duelo frente a la Capira, con la sangre en el ojo.

Los amarillos cogieron de pato al cuadro manabita, al cual lo vencieron 2-0, en el compromiso que se dio ayer en el estadio Reales Tamarindos de Portoviejo, por la tercera fecha de la segunda etapa de la LigaPro.

Los dirigidos por Fabián Bustos se han propuesto ganar esta segunda fase del torneo, para llegar a la final, y tratar de salvar el año, que en el plano internacional no les fue como lo habían planificado.

Por ello para el compromiso ante el cuadro portovejense, el plantel canario mostró una mejor cara, en comparación a otros encuentros, donde había ganado, pero sin convencer con su juego.

El argentino Damián Díaz volvió a ser el motor de Barcelona, ya que el Kitu estuvo imparable frente a los jugadores de la Capira, que no lo lograron detener.

En reiteradas ocasiones el 10 del Ídolo se divirtió habilitando a sus delanteros y también mandándose uno que otro túnel a sus rivales.

Dicho juego hizo caer en desesperación a los locales, que vieron caer su arco a los 30 minutos, tras un autogol de Francisco Fydriszewski.

El tanto de los visitantes cayó en un momento crucial, debido a que Barcelona jugaba con un hombre menos, tras la expulsión que sufrió Mario Pineida (26’).

Pese a que Liga de Portoviejo tenía un jugador más en cancha, esta ventaja no la supieron aprovechar los dirigidos por Rubén Insúa.

El trabajo de los toreros además se hizo fuerte por los costados, producto de las constantes intervenciones de Byron Castillo y Adonis Preciado.

Este último fue autor de la segunda conquista amarilla, que se dio a los 39’, luego de recibir un pase preciso, por parte del uruguayo Jonatan Álvez.

El ariete charrúa fue un constante dolor de cabeza para la zaga manabita, pero tuvo un duelo especial con el argentino Jonathan Ferrari, quien lo marcó a presión.

Para la segunda parte del encuentro, Barcelona dosificó sus energías y se guardó en su campo. Le entregó el esférico a los locales, que no pudieron batir el arco defendido por Javier Burrai.

El golero argentino, que esta semana sufrió la muerte de su padre, fue la figura del Ídolo en esta segunda parte del compromiso, pues salvó en reiteradas ocasiones a su equipo.

Al final del encuentro, Burrai no pudo contener las emociones, por lo que terminó llorando.

Con este resultado, Barcelona se mantiene como líder del torneo con 9 puntos, mientras que Liga de Portoviejo es noveno con 3.