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Óscar Lincango demostró ser un hincha hasta 'las mismas'.Gustavo Guamán

Óscar Lincango, el 'rayado' al que no le importó el 'pacheco'

El hincha de Independiente del Valle celebró el campeonato de la LigaPro con agua y en tremendo frío... y sin una copita para amortiguar

Lo confiesa. Se volvió loco. Óscar Lincango no le tuvo miedo al frío de la noche de Sangolquí y se metió a la pileta del parque central para festejar el título de Independiente del Valle en LigaPro, este 12 de diciembre.

De 40 años, él es hincha del equipo desde la época del José Terán. Inclusive, años atrás jugó en los torneos amateurs con la camiseta roja. Desde allí le quedó el amor por el club y lo ha seguido en todo el ascenso, desde la segunda categoría hasta las coronas profesionales.

Allí, metido en la pileta, empezó a lanzar agua a los demás aficionados que llegaron para celebrar. Inclusive bañó a su hijo Elías, quien le acompañó en esta locura. Después de todo, confesó que le ha inyectado ese cariño por el equipo rayado.

Lincango no pertenece a las barras organizadas. Por eso prefirió disfrutar del partido en su casa. Se reunió con la familia y lo sufrió en la intimidad. “Cuando Independiente del Valle hizo el gol dije que ya estaba liquidado el asunto, pero Emelec no dejaba de presionar y eso me ponía nervioso a veces”, confesó.

Una vez que se concretó la corona, salió disparado de su casa a la pileta, el sitio tradicional del club para celebrar las hazañas desde hace varios años. “Y lo hice en juicio, no puedo tomar licor, así que el frío lo sentí en su real dimensión”, contó sonriendo.

Y así fue. Una vez que se dio el baño de celebración, salió de la pileta a seguir cantando y saltando con los demás aficionados. Para entonces ya arribaron los integrantes de las barras organizadas desde Selva Alegre y San Pedro de Taboada, donde se armaron pantallas gigantes para mirar la final.

Óscar Lincango se quedó hasta la una de la madrugada de ayer con la ropa mojada, sin que le importe nada. Como dijo, esta alegría no le quitaba nadie, ni el frío, ni la lluvia. Tampoco el miedo por la situación sanitaria mundial. Solo quería gozar con su familia y los demás seguidores del flamante campeón nacional.

“El título de la Copa Sudamericana fue una gran emoción, pero este tiene algo especial, porque desde el inicio fue el sueño de todos quienes le vimos pasar del barrio al profesionalismo. Estamos muy orgullosos de ser testigos de esta historia del club. Ojalá vengan más coronas”, concluyó.