Su pasión es el arbitraje y llevan diez años impartiendo justicia en las canchas de las ligas barriales del sur de la capital. Se trata del gremio arbitral Atletas de Cristo, que nació por una mala experiencia en la cancha de Óscar Delgado, quien fue jugador de Aucas entre 1996 y 2000.

“El árbitro me sacó la amarilla por una barrida en la que no impacté al rival. Me di la vuelta y me sacó enseguida la segunda tarjeta. Al reclamarle me dijo que me expulsó por lo que pensé y no le dije. Desde ese momento empecé a estudiar sobre arbitraje”, contó Delgado.

Tras colgar los pupos se formó como tecnólogo en deportes y en preparación física, pero sin dejar de cerca su preparación en el arbitraje. Ahora es el líder de 30 jueces que cada fin de semana dirigen los partidos en doce ligas barriales ubicadas en el sur quiteño.

“Buscamos quitar ese paradigma de que el árbitro es la última rueda del coche. Esto es una pasión, hay que tener esa convicción para estar dirigiendo en el terreno de juego”, señaló Delgado.

Detalló que mantienen constantes capacitaciones para estar al tanto del cambio de las reglas del balompié y poder interpretarlas en los juegos, para que el deporte barrial también crezca.

Aplican técnicas de psicología deportiva y de manejo de conflictos para evitar la violencia dentro y fuera de las canchas barriales, y con su aporte buscan mantener el sentido comunitario y recreativo de su práctica. “Buscamos también el respaldo con los reglamentos de las ligas, con sanciones fuertes a los violentos”, agregó.

BASTANTE TRABAJO

El ‘pito’, que lleva 12 años en esta actividad, confesó que con su gremio no sienten presión al estar en las canchas de las ligas. “Es clave tener liderazgo para imponer e interpretar las reglas. Con el conocimiento no hay miedo. Damos garantía al buen jugador y dejamos fuera al violento”, aseguró.

Los árbitros de este grupo dirigen entre seis y doce partidos de viernes a domingo. En promedio pueden llegar a ganar unos $ 150 semanales.Para esto deben estar bien preparados físicamente. Delgado, con su experiencia, deja ‘papelito’ a sus compañeros.

Cuando está fuera de las canchas es instructor de crossfit en el gimnasio Strom Crosstraining y también es entrenador de deportistas que se están iniciando en el levantamiento de pesas.