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Niña en Esmeraldas gana carrera sin zapatos
La nena de 11 años se coronó campeona en una maratón y se ganó una bicicleta. Las autoridades le regalaron también calzado.
La voz de Nayeli Quintero tiembla cuando cuenta sobre su hazaña deportiva. Está en la casa de su abuela en San Mateo, parroquia central de Esmeraldas, junto a sus primos. Se serena un poco y, con orgullo, dice que ganó una maratón en aquella localidad.
Pero su participación no fue como la de las demás niñas que se inscribieron: ella, de 11 años, corrió completamente descalza.“Quise correr porque siempre me ha gustado”.
La mañana del 6 de noviembre, cuando se organizó la maratón, ella no contaba, a más de los zapatos, con ropa adecuada.
“Aun así, ella tenía todas las intenciones de formar parte del evento”, cuenta María Belén Vaca, reina de la parroquia, quien estuvo a cargo de la organización. La representante de belleza recuerda que le dijo a Nayeli que buscara a alguien que le prestara zapatos o ropa.
Pero por más que recurrió a sus parientes o amigos, nadie tenía lo que necesitaba. Fue entonces que la animaron a participar sin calzado.
El triunfo
Nayeli (delgada, risueña y de cabello ensortijado) fue a la línea de partida. Cuando marcaron el inicio de la carrera, ella salió ‘soplada’, sin importarle que sus pies tocaran el pavimento a cada zancada.
“No me dolía nada”, afirma con su voz todavía temblorosa. La atención de los presentes se centró en aquella niña que, sin temor, recorría las calles de San Mateo en busca del triunfo.
La competencia, en el caso de las niñas, solamente duró 12 minutos, detalla Vaca. Y en todo ese tiempo, Nayeli estuvo a la cabeza en un recorrido de dos kilómetros.
Cuando llegó a la línea de meta, la gente se agolpó para ver a su campeona. Fotos, sonrisas y aplausos fueron dedicados a aquella pequeña que vestía una blusa rosada y short de mezclilla azul.
Solo una mueca delató el cansancio de Nayeli cuando cruzó la línea final. Después, vinieron las felicitaciones.
De la alegría al llanto
La reina de la parroquia y varias autoridades de Esmeraldas se acercaron para alabar la fortaleza de Nayeli. El premio que prometieron no solamente sería una bicicleta.
Para la niña, un par de zapatos deportivos serían el regalo adicional. El encargado de dárselos fue el concejal Miguel Ruiz, quien destacó el ímpetu de la pequeña participante.
Nayeli siente amor por este deporte desde que tiene uso de razón. El único entrenamiento que ella hace es jugar con sus primos a las carreras. El más veloz gana, como lo fue en esta ocasión. “Mi inspiración es un pariente que es mayor para mí y también le gustan estas competencias”.
Pero toda esa alegría no duró mucho tiempo porque pocos días después de su triunfo, su padre sufrió un accidente de tránsito. Él trabajaba como guardia e iba en una moto cuando se chocó contra otro vehículo.
Ahora está en coma y Nayeli junto a sus hermanos están bajo el cuidado de su abuela María Chichande Bautista, de 70 años. “Lamentablemente no tenemos los recursos suficientes para mantenerlos y necesitamos ayuda”.
No saben cuál será el destino del papá de la muchacha, quien está internado en un hospital de Guayaquil. Y lo que Nayeli hace es, de cierta manera, ocupar su lugar, pues todos los días sale a las calles de San Mateo a vender pedazos de mango en funda. “Con esto intento ayudar a mi familia”, dice esta campeona de los piecitos desnudos.
Otro campeón
En la categoría de niños, el pequeño que resultó ganador participó con zapatos desgastados y sin cordones.