La selección de Ecuador jugaba ante Países Bajos y los clientes se ‘esfumaron’. Ah, pero Cecibel Sucay completaba en la licuadora los ingredientes necesarios para preparar el ‘Siete machos tricolor’.

Unas 3 naranjitas -infaltable en este día-, espinaca, borojó, mora, alfalfa, maca negra y el ‘mero macho’ al vaso. A licuar y listo. “Esta es la bebida que necesitan los muchachos de la selección, con esto tienen la potencia necesaria para pegarse dos seguidos... dos goles, por supuesto”, dijo con alegría la mujer, quien le apostaba a un triunfo de la Tri.

Y es que, por un par de horas, en el Mercado Oeste de Guayaquil, ubicado en las calles Diez de Agosto y Lizardo García, pararon las ventas.

Frente a su local, una decena de personas, incluido un guardia, hicieron ‘palco’ en las sillas destinadas para los clientes. Entre ellos estaba Danilo León, quien dejó encargado su local de venta de camarones y puso mirada fija al televisor instalado en la parte alta de un local. Allí, su dueño daba la espalda al juego, como esperando cliente para sus albacoras. No llegó nadie.

De pronto, el grito de gol los volvió locos. Anulado. Calma otra vez. “Ese man que se quedó guindado”, dijo uno de los espectadores.

En el otro extremo del mercado, Deivi León dejó a un lado el montón de conchas sobre el mesón y se acomodó en su puesto para ver el juego. Frente a ellos, Elenita Álvarez fileteaba unas carnes y de cuando en cuando le pegaba un ‘ojazo’ al TV, mientras su amiga Martha Miranda estaba recontra concentrada en el juego.

“¡Gol de Ecuador!”, gritaron de pronto todos y el mercado sin clientes se encendió de alegría. “Ahora sí, prepáreme ese siete machos, que hoy yo también me pegó mis dos”, dijo un cliente para gozar el empate.