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En las afueras de los estadios, los fanáticos se reúnen y juegan partidos.Jerson Ruiz

Mundial de Catar 2022: El Mundial de los ‘peloteados’

La actividad en los exteriores de los estadios durante los partidos es intensa, los hinchas sin entradas arman sus propias fiestas con cánticos y balones

En Ecuador se está acostumbrado a ver en las afueras de los estadios a vendedores ambulantes, operativos de seguridad, revendedores de entradas, los de camisetas, o los que van recogiendo botellas para reciclaje, pero ¿qué pasa fuera de un estadio mundialista?

Al término del primer tiempo de los partidos, las situaciones que se viven en los exteriores tienen matices diferentes.

Afuera del estadio 974, la primera sorpresa es que los puestos de venta oficial de la FIFA, que ofrecen souvenirs mundialistas, están cerrados. Se abren una hora antes, se cierran al iniciar el partido y se vuelven a abrir al final.

Los comercios disponibles son los de bebidas, pero con diferencias de precios abismales. Una gaseosa, que en las tiendas habituales de Doha, está a menos de un dólar, afuera de los estadios llega a sobrepasar los 4 dólares, mientras que las cervezas que se encuentran disponibles son las que no tienen alcohol.

En cuanto a los hinchas, hay muchos que solo llegan hasta la explanada porque no tienen entradas, pero viven el ambiente mundialista. A un costado, para no aburrirse, varios optan por armar una especie de cancha y con un balón juegan un pequeño partido: su propio Mundial.

Thiago Souza, quien es brasileño e hincha de Fluminense, lo primero que dice es que si somos de Ecuador e hinchas de Liga de Quito no dará declaraciones, aunque después deja escapar una sonora carcajada.

Durante los partidos, los monumentos mundialistas suelen estar vacíos.Jerson Ruiz

“Estamos en el Mundial, pero las entradas estaban muy caras, así que mejor acompañamos desde acá, y para que pase el tiempo jugamos. Al final, igual todos nos quedamos festejando”, precisa mientras sus amigos siguen jugando.

Los emblemas del Mundial, donde los turistas se fotografían en las afueras de los estadios, lucen vacíos, de ahí que es el momento ideal para poder hacerse las fotos sin tanto tumulto. En su mayoría son familiares de aficionados que ven el partido dentro del reducto y los esperan para poder ir al hotel o seguir haciendo turismo.

En cuanto a la seguridad, hay poca policía; es todo lo contrario a Ecuador, donde sí la hay. Los desmanes se han visto reducidos al mínimo.

Por todo el contexto, los que viven la fiesta a las afueras de los estadios bien podrían estar desarrollando el Mundial de los sin entradas, de los que están en Catar apoyando a su equipo sin verlo, pero en Catar.

Acá no hay portazos, “algo muy latinoamericano”, dice Aldair Castro, hincha mexicano. “Son las reglas. Si sueñan que pueden venir y esperar el final del partido para entrar, fracasarán. Sea lo que sea, con el simple hecho de estar acá ya puedes decir que estuviste en un Mundial”, apostilla el azteca.