Tiene 19 años, es volante cinco. Moisés Caicedo, del Independiente del Valle, es la revelación de la Tricolor. Nació en Santo Domingo de los Tsáchilas y ahora está en la mira del Real Madrid de España.

Hizo el viaje de dos horas y media desde su tierra hasta Sangolquí y se quedó para mostrar su fútbol en Independiente. Hoy, es uno de los ‘engreídos’ de Gustavo Alfaro.

Lo que ha hecho hasta ahora ha sido único. Juega con soltura, tiene presencia en la cancha y no se arruga por nada. Es como si hubiera jugado toda la vida en la Tri.

Moisés Caicedo recuerda el día en que sus padres firmaron la ficha para quedarse en el equipo. ¿Por qué en los Rayados?, es lo que muchos se preguntan.

Y el jugador responde: “Independiente es mi motivación, aquí me dieron estudio, comida y puedo entrenar”.

En los estudios va bien. Hay dos clases que lo marcan: las matemáticas y el inglés. Es un amante de los números y él sabe por qué le gustan. “Las matemáticas me ayudarán a saber cuándo me van a pagar”, dice en broma.

Los números son su fuerte, de eso no hay duda, pero con el inglés dice que no se lleva bien, que es “cumplidor, nada más”.

LOS SUEÑOS

Tiene las metas bien claras en la vida. Su sueño primero es poder hacer un buen dinero para sus padres: “Comprarle su buena casa, tenerlos bien, darle todo a ellos y a los que me han ayudado a estar en el fútbol”, dice Caicedo.

En la cancha también tiene marcado lo que desea hacer: “Llegar a lo más alto, mi meta es poder llegar a Europa”, lo dice con mucha serenidad.

Recuerda que el amor por Independiente siempre estuvo presente: “Me gustó estar en Independiente del Valle. Le decía a mi madre que quería llegar a jugar profesionalmente y cuando se dio eso, mi madre se puso a llorar. Fue una alegría inmensa”, comenta Caicedo.

Entre los jugadores que admira, está uno que pasó por su equipo. Dice que el fútbol de Jefferson Orejuela lo llena, que el volante que ahora está en Barcelona no da perdida las pelotas.

Moisés Caicedo es una revelación en la Tricolor, sus dos partidos en la era de Gustavo Alfaro lo dicen todo.