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Historias de la vida real de nuestro fútbol.Archivo

¡Me casé con un suplente! (la columna de la ex)

Historias que causan asombro de jugadores ecuatorianos. Verdades oscuras que salen a luz.

Lo que voy a contar fue llegando al año 2000. Quien fue mi marido llegó a Barcelona. En época de enamorados me decía que era un gran jugador.

La verdad es que de fútbol yo no sabía nada. Lo mío era otra cosa, las telenovelas.

Llegaba cada viernes enojado porque no iba a ser titular. Un día me dijo que el DT era un tipo bravo, que tenía cara de suegro resentido y que no entendía por qué no lo ponía.

Pensé que mi ex le había hecho algo malo al entrenador, que capaz se le pasó la mano con las malas palabras, debido a su mal genio.

Me armé de valor y sin decirle nada a él me fui al estadio de Barcelona. En ese tiempo dejaban pasar a los hinchas. Me coloqué en la parte de arriba, por la entrada principal del túnel, tratando de esconderme, hasta que salió mi esposo con sus amigos.

Era mi oportunidad de hablar con el entrenador que tenía cara de bravo. Y sí la tenía, era un señor mayor, un flaco alto al que le decían el ‘profe’ Habegger. Luego supe que era argentino.

Estuve allí hasta que salió y me entreveré con los periodistas. Cuando me quedé sola con él, le dije: “Vea, soy..., la mujer de... y tengo una sola pregunta: ¿por qué no lo hace jugar? Él me dice que es buen jugador, que no se fuga a tomar ni anda de fiesta como algunitos”. Si ustedes hubieran visto la cara del tipo...

Se sonrió y me dijo de buenas maneras que yo de esto no sabía, pero que mi esposo era una buena promesa y que cuando esté listo, lo haría jugar. Ahí me dio vergüenza, mi marido era únicamente un ‘relleno’ más.

Le hice prometer que nunca se lo diría a él. Habegger me dio su palabra, pero mi ex era tan malo que al otro año salió del equipo. Me había casado con un eterno suplente.