Luis Arroyo, en menos de un año, hizo tres cambios rotundos: jugó en Jihlava de República Checa, donde llegó en el 2020; en el 2024 pasó unos partidos por Deportivo Cuenca y ahora está en el Atlanta de la Primera Nacional de Argentina.

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El ecuatoriano ha cambiado la tranquilidad de las barras europeas por el bullicio de las argentinas. EXTRA habló con el jugador sobre su vida deportiva durante estos últimos años.

¿Cuarta temporada fuera de Ecuador?

Una nueva experiencia en el exterior, ahora en el país de los campeones del mundo como Diego y Messi, esto tiene un valor aún más alto para mi carrera.

¿Qué tal la experiencia para un ecuatoriano en Atlanta?

Como extranjero, vivir el día a día en Atlanta es como se debería vivir el fútbol en todo el mundo: con pasión, el amor y la furia de las barras es única, el trato es excepcional.

Son pocos los ecuatorianos en el fútbol de Argentina.

Es difícil llegar a un país donde los jugadores son todos de exportación, nosotros los ecuatorianos nos abrimos camino hace poco y estamos bien encaminados, y eso habla bien de nuestro país también. Llegar al fútbol argentino es un paso grande para la carrera.

¿Cómo se dio lo de Atlanta?

Nuestro DT Luis García en Atlanta estuvo a principios de año en D. Cuenca donde compartimos. Me llamó para ser parte de su proyecto, no lo tuve que pensar mucho ya que sabía que podía potenciar mi carrera junto con él.

¿Lo que viviste en Europa qué tanto ayudó?

Crecí mucho estando en Europa. Los sudamericanos aprendimos a manejarnos como jugadores profesionales. El fútbol ha cambiado y uno tiene que mejorar para tener un buen desempeño.

¿Qué tal tu paso por el D. Cuenca?

Cuenca es parte de mi corazón, viví momentos hermosos con el club y su gente. Quizás no pasa por el mejor momento a nivel institucional, pero es un lugar al que en algún momento regresaré para conseguir lo que la hinchada pedía: un campeonato.

¿Por ser un jugador extranjero te piden que des más?

Es una gran responsabilidad, hay que trabajar para demostrar por qué estás en el club y siendo extranjero aún más. En este país la competencia es muy exigente y de calidad. Aportar en todo, no solo dentro del campo sino fuera, ayudar a los más chicos, ser líder y aportar cosas buenas que ayuden a crecer a los demás, eso es fundamental.

¿En la tierra de Diego y Messi?

Donde vayas están sus fotos, en las paredes, en las banderas de las barras, en la piel de la gente.

¿Qué se viene ahora en tu carrera?

Terminar en buena forma, ya que hace un semestre atrás estaba jugando en Ecuador y terminé el año en el fútbol argentino gracias a todo lo bueno que se hace. Me planteo hacer una gran temporada aquí para algún momento ser tomado en cuenta en la selección.

¿En la Primera Nacional en Argentina se la juega con hinchadas?

La hinchada me hace sentir bien y sabía que se venía algo diferente, y eso me hacía saber que algo hermoso se vivía acá. Atlanta es grande por su gente, es un club lleno de historia, tiene un título, eterno rival de Chacarita y All Boys. Los estadios donde vayas están llenos, se vive como si fuera siempre una final. Banderas enormes que en Ecuador solo se ven en los Clásicos, aquí es todos los fines de semana, a cualquier estadio que vayas, con la pasión que se vive es única, no se compara.

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