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LigaPro: Washington Boada, el coleccionista de estrellas en Liga de Quito
El popular Wachito está por cumplir 50 años trabajando como utilero. Ha vivido todas las conquistas de los albos y espera poder sumar otra estrella
Una vida dedicada a Liga de Quito. Así se puede resumir el valioso aporte que por cerca de 50 años ha dado Washington Boada al cuadro albo. En 1974 se unió a los universitarios de la mano de Rodrigo Paz, a quien considera como un padre. No pensó que iba a permanecer tanto tiempo en la U, siendo el único en haber sido parte de todos los éxitos locales e internacionales del cuadro azucena.
“Soy un privilegiado, Dios me ha permitido estar casi 50 años con Liga y disfrutar de los momentos históricos. Don Rodrigo Paz me acogió y me permitió vivir todo esto. Paso todo el tiempo en el complejo, es donde mejor me siento. Incluso en los días de vacaciones voy a la que considero mi casa”, contó Wachito con voz pausada y lleno de orgullo.
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Resaltó que su función en los albos es la mejor terapia y que le ha ayudado en momentos difíciles como la enfermedad de su esposa Piedad Mora o el accidente que dejó postrado a su hijo Washington. Enfatizó que “mi mayor fortuna es el cariño de la gente. Me siento muy orgulloso con el reconocimiento de los hinchas. Recompensa de haber entregado mi vida a este equipo”.
Boada confesó que el secreto para mantenerse tantos años en el club “es hacer el trabajo con amor. Como utilero he lavado, planchado. Tuve una buena escuela cuando recién empezaba que me enseñó a buscar siempre la perfección, de nunca aflojar, ser meticuloso, que nada falte a los jugadores y al cuerpo técnico”.
Resaltó que ha aprendido y ha mantenido una relación de respeto con todos los técnicos que han pasado por Liga de Quito, y sobre Luis Zubeldía, actual timonel de los universitarios, señaló que “vive el fútbol con intensidad y eso nos contagia a todos”.
Del plantel mantiene mayor cercanía con Alexander Domínguez, a quien vio crecer en el complejo blanco. “Los jugadores me ven como un padre y saben que nunca les va a faltar nada en los entrenamientos y en los partidos. Tengo un cariño especial por Dida, que lo vi desde que empezó, y mantiene su alegría y sencillez”. Guarda como tesoro una camiseta que le regaló el uruguayo Carlos Berrueta, del campeonato nacional alcanzado en 1990.
Calificó de especiales a las estrellas que ha conquistado como parte de la U, y las que más recuerda son la de la Copa Libertadores, en 2008, y la de la Copa Sudamericana conseguida el 28 de octubre. De la primera le quedó un gran regalo, ya que Patricio Urrutia, con el apoyo de otros futbolistas de esa época, le regalaron una casa a Wachito.
Sobre lo vivido en esta temporada, con su experiencia analizó que “el fútbol es de momentos, buenos y malos. Cuando no se daban los resultados, internamente sabíamos que eso iba a cambiar, se formó una familia y eso se ha visto en el segundo semestre. La hinchada también volvió a creer en el equipo”.
Esto hace que confíe en poder alcanzar el domingo 17 de diciembre el título de la LigaPro, que señaló será el mejor premio a la recuperación que tuvieron los albos tras un primer semestre lleno de críticas. Como en todo partido, Boada instalará su altar en el camerino, con imágenes de la Virgen, al que se suman de otros santos de parte de los futbolistas, y tendrá todo listo para que los jugadores salten a la cancha en busca de una nueva estrella, una más en el extenso palmarés de Wachito.
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